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Conducimos el Hyundai i30 Fastback. Único en su especie

Siempre es de agradecer que alguien ofrezca algo diferente a lo que hay; y en plena fiebre SUV, Hyundai lanza un modelo con personalidad propia y sin competencia entre los suyos. El i30 Fastback es el cuarto modelo de la familia, tras el cinco puertas, el familiar y la variante deportiva N, y se desmarca con una atractiva zaga de corte coupé que no encontramos en el segmento compacto.

Esta nueva línea de negocio crece 11,5 centímetros con respecto al i30 de cinco puertas, distancia que se incrementa exclusivamente en el voladizo trasero. El i30 Fastback mide 4,46 metros de longitud, mantiene inalterable con el resto de la gama la cota de anchura y rebaja la altura del conjunto hasta los 1,43 metros. Son 30 milímetros menos, 25 por 'culpa' de una silueta más dinámica y su pronunciada caída de techo, y otros 5 debido a que el chasis ha sido rebajado.

En el interior no hay sorpresas. Es un calco de la variante de cinco puertas hasta el pilar central B, punto a partir del cual se acentúa la caída del techo y se redondean las formas de la zaga. Además de estética notaremos el cambio a la hora entrar o salir de las plazas traseras, porque hay que agacharse más. Mido 1,70 metros y no tuve problemas, pero lo cierto es que detrás ya no queda tanto margen hasta el techo, y con diez centímetros extra quizás rocemos…

Para acceder al maletero se mantiene la apuesta por un generoso portón. El volumen en este caso es de 450 litros, 55 más que en la variante de cinco puertas.

Dinámico y confortable

Ya hemos comentado que nuestro protagonista es más 'bajito', aunque comparte plataforma y tecnología con el resto. Delante hereda el esquema McPherson y detrás, un eje multibrazo. La diferencia estriba en que la suspensión es un 15 por ciento más rígida para que su talante sea más dinámico. De hecho, comprobamos en un sinuoso tramo de carretera que los balanceos de la carrocería son menores que en el i30 de cinco puertas, y sólo cuando el asfalto era irregular se reduce algo el confort, sobre todo con los neumáticos 225/40 ZR18 que portaba nuestra unidad.

Es el único guiño dinámico distinto de nuestro protagonista, ya que la dirección, los motores y el cambio son completamente iguales al resto de los i30. Y una cosa más: la visibilidad trasera es más limitada debido a la posición tan horizontal de la luneta.

Bajo el capó los propulsores 'estrella' son las conocidas variantes de gasolina que monta la gama i30. Comienza con un 1.0 T-GDI tricilíndrico de 120 CV asociado a un cambio manual de seis relaciones y concluye con el 1.4 T-GDI de 140 CV, solvente y que se gestiona con la caja DCT automática de doble embrague y siete velocidades. Estas versiones ya están disponibles, aunque al más potente también se asociará en un par de meses una caja manual. Y a medio plazo también habrá una versión N con motor 2.0 Turbo de hasta 275 caballos de potencia.

El diésel pierde fuerza por momentos, pero todavía tiene mercado. Por eso a la vuelta del verano se incorporará el también conocido y optimizado bloque 1.6 CRDi, con 115 y 136 CV respectivamente.

La gama del i30 Fastback se estructura en cuatro niveles de acabado: Klass, Link, Tecno y Style. El equipamiento de serie es muy generoso, sobre todo en materia de seguridad, pues todas las versiones incorporan un asistente de prevención de colisiones frontales, otro de fatiga del conductor, una alerta de cambio de carril involuntario, un control de arranque en rampa o un asistente de luces de carretera.