Nick Allen es sastre, pero no se dedica al mundo de la moda, sino que lleva 35 años en el sector del automóvil. Ahora trabaja para Seat y es el que decide los tejidos o colores que lucirán los asientos de los nuevos modelos de la marca. Y, tal como haría un diseñador de alta costura, Allen examina las telas pasando siempre la mano para poder sentir la textura, el grano y el acabado de cada material. «Mis manos son como mis ojos. Tocando cada pieza puedo notar su calidad y saber cómo va a funcionar en la máquina de coser».
Si le preguntan cuál es su material preferido responde que el cuero, «porque es natural», y para coserlo utiliza cada año 30.000 metros de hilo de diferentes grosores. En su taller tiene 250 bobinas de hasta 100 colores diferentes. Una tarea artesanal y un trabajo en el que se cuida al máximo cada detalle, hasta el punto de que para el nuevo Seat Ibiza llegó a realizar hasta treinta variaciones distintas por cada asiento.
Los colores sí importan
Allen, que también moldea la espuma de los asientos, para asegurar el total confort de conductor y pasajeros, asegura que los colores de las tapicerías son una parte importante de cada coche: «Los colores marcan la diferencia. Cada coche tiene su personalidad y su propia gama cromática. Por ejemplo, los verdes y los marrones claros los asociamos a los crossovers, los marrones oscuros a un coche familiar más clásico. Y los negros y rojos van ligados a la velocidad«, explica.
A pesar de que en el diseño de los coches la tecnología digital juega un papel destacado, en el taller de Allen siguen funcionando las cosas de forma tradicional, aunque Nick ha ido incorporando nuevas tendencias, como la customización, que ofrece múltiples acabados y colores.