Que los utilitarios del segmento B cada vez apuntan maneras de coches más grandes ya no le sorprende a nadie. E incluso ya no renuncian a 'sellos' que dan prestigio y que hasta ahora parecían reservados sólo a vehículos 'de peso' o Premium. Es el caso de nuestro protagonista. Esta última generación del Ford Fiesta no sólo ha crecido 71 milímetros de longitud -mide lo mismo que un modelo del segmento C de hace unos años-, sino que también se rodea de un equipamiento tecnológico mucho más avanzado. Y, además, se atreve a 'vestirse' con acabados tan exclusivos como el Vignale, del que presumían hasta ahora sus hermanos mayores. Para colmo, también incorpora mecánicas de considerable potencia, como el nuevo propulsor 1.5 TDCi de 120 caballos que nos ocupa, el diésel más potente jamás montado en la saga del Fiesta, nacida allá por 1976.
La primera cuestión que surge es si la diferencia de precio le puede poner contra las cuerdas en un segmento donde la factura final se examina a fondo. Este Fiesta 1.5 TDCi Vignale cuesta 22.145 euros, es decir, 2.350 euros más que la versión de acabado Titanium dotada del mismo motor. También hay que decir en su defensa que si aplicamos todos los descuentos disponibles en la marca el coste se quedaría en 16.800 euros.
En cualquier caso pagaremos más, pero a cambio gozaremos de un equipamiento más generoso, como una pantalla táctil de 8 pulgadas con SYNC 3, llantas de aleación de 17 pulgadas, luces de carretera inteligentes, retrovisores termoeléctricos con iluminación del suelo, tapicería y asientos de cuero específicos, lector de señales de tráfico, control de crucero con limitador de velocidad, acceso y arranque sin llave, sensor de lluvia, lunas traseras tintadas, paragolpes y rejilla frontal específicos, alerta de fatiga del conductor, sensores de parking traseros, climatizador automático, retrovisor interior antideslumbramiento, faros de día y pilotos traseros LED, el asistente My Key… También disfrutaremos de los exclusivos servicios de atención en la compra y en la asistencia posterior del vehículo en el concesionario.
Su mecánica
Dicho esto, tenemos que decir que el nuevo propulsor diésel le sienta de maravilla porque le brinda nuevos bríos, que le sitúan muy parejo, en cuanto a prestaciones, con el propulsor de gasolina 1.0 Ecoboost de 140 CV. No hay opción de poder disfrutarlo con una transmisión automática, aunque la caja manual goza de un tacto y una precisión que están entre lo mejor de su clase.
Pese a que todo el conjunto se remata con más calidad y vistosidad, los decibelios que llegan al interior cuando arrancamos nos revelan rápidamente que se trata de un propulsor diésel. Ya en marcha gana puntos porque se va refinando y dulcificando en su funcionamiento.
Es admirable comprobar cómo desde apenas 1.000 rpm se hace notar, y prácticamente a 1.500 vueltas empuja ya casi con todas sus ganas. Su generoso par máximo -27,6 mkg, uno de los más elevados en mecánicas de gasóleo con cilindrada y potencia similares- es el culpable de que su capacidad de trabajo sea uno de sus puntos fuertes.
Más allá de su buena respuesta al acelerar, valoramos las recuperaciones. Nos ponemos en situación y realizamos un adelantamiento: necesitamos pasar de 70 a 110 km/h en cuarta velocidad -la caja tiene seis marchas-, y en dicha maniobra consumiremos 6,9 segundos y 174 metros. No está nada mal.
Dinámicamente, la dirección no es la más directa del segmento, pero resulta comunicativa, y el bastidor es otra de sus grandes bazas. Quizás no sea tan estable y 'sólido' como el nuevo Seat Ibiza, pero en cualquier caso resulta ágil y transmite más sensaciones al volante cuando llegan las curvas. Y otro de los apartados donde ha brillado con luz propia es a la hora de frenar. Lo hace de manera estable y muy efectiva, como demuestran los 35,8 metros que ha necesitado para detenerse por completo desde 100 km/h.
En cuanto a los consumos, y con la función Eco activada para limitar la 'sed', hemos registrado 5,4 litros de media, una buena cifra aunque bastante alejada de los 3,5 l/100 km que homologa.
Y puestos a disfrutar, la exclusividad y la seguridad se pueden potenciar en la carta de opciones, incorporando elementos como el generoso techo panorámico eléctrico, el sistema de aparcamiento asistido o el sofisticado equipo de sonido B&O System, detalles de 'coche grande'.
LA CLAVE
Es una versión un tanto 'caprichosa' que nos ha convencido más por el excelente rendimiento y refinamiento de su motor que por la calidad o exclusividad que deberían justificar su precio. Se trata de un vehículo orientado a hacer más kilómetros en carretera que en la ciudad por la facilidad con que 'devora' kilómetros, su agilidad, las sensaciones al volante y el agradable tacto general; pero también por sus registros de consumo. Los caprichos… se pagan.