Corría el año 1984 cuando Opel lanzaba al mercado el Kadett GSi, una versión más dinámica y prestacional (contaba con un motor 1.8 y 115 CV) de aquel legendario compacto. Comenzaba entonces a escribirse la historia de 'GSi', tres letras inconfundibles que marcaron toda una época cuando también acompañaron a los Manta, Corsa y Astra más dinámicos de la historia. Tres letras que con el tiempo quedaron en el olvido (fueron reemplazadas por OPC) y que hoy vuelven a escribir una nueva página en la historia de Opel.
Y es que se ahora esta deportiva denominación se plasma en este Opel Insignia, una versión con un toque picante de esta berlina, que en esta última generación, dio un pequeño estirón para acariciar los cinco metros metros de largo, sobre todo en su versión Sports Tourer, que mide 4.998 milímetros (la berlina, que ya sólo se ofrece con carrocería de cinco puertas, se queda en 4.910 milímetros).
Deportividad a simple vista
Bastará sólo una mirada para que no hagan falta las presentaciones, porque de un sólo vistazo te vas a fijar en sus paragolpes con nuevas tomas de refrigeración, sus llantas de 20 pulgadas, su sistema de escape doble (sus terminales son embellecedores)… Aún así, me resulta más discreto que el anterior Opel Insignia OPC. En el interior, sus molduras decorativas que simulan la fibra de carbono, el volante con el fondo plano, los emblemas GSi del cambio, los pedales metálicos, y sobre todo, sus asientos con tecnología AGR, ya avisan de sus intenciones.
Este último elemento da para escribir un libro, pues además de sujetar el cuerpo a la perfección (se puede variar su contorno para ajustarlos), cuentan con función masaje, ventilación, calefacción y además, regulación eléctrica. A pesar de todo, han conseguido que cada uno pese sólo 26 kilos y eso son dos kilos menos que los Recaro que utiliza el Opel Corsa OPC.
Este nuevo Opel Insignia GSi estará disponible en cuatro versiones diferentes fruto de combinar los motores 2.0 Turbo y 2.0 BiTurbo Diésel, con sus dos carrocerías: Grand Sport y Sports Tourer. Por lo tanto, tienes para elegir.
Nosotros comenzamos por subirnos al 2.0 Biturbo Diésel, un corazón capaz de proporcionar 210 CV de potencia y 480 Nm de par motor. Con semejantes cifras y un peso de 1.772 kilos, esta versión ofrece excelentes prestaciones, pues es capaz de alcanzar una velocidad punta de 233 km/h y necesita 7,9 segundos para acelerar de 0 a 100 km/h. Y no es que lo ponga un papel, sino que te lo transmite. Bien es cierto que mejoraría su aceleración si contara con el ya habitual sistema Launch Control que el Insignia GSi no contempla.
Una puesta a punto de primera
Opel exclusivamente lo combina con un cambio automático de 8 velocidades, que tiene modo secuencial y levas en el volante. Esta transmisión es suave y agradable cuando debe, pero también rápida y noble cuando queremos exprimir al máximo este corazón, quizá algo más ruidoso de lo deseado, pero que nos obsequia con ajustados consumos. Anuncia 7,0 l/100 km y durante a prueba el ordenador indicaba 8,2 l/100 km, nada alarmante para el tipo de recorrido por el que circulamos.
Pero más que sus prestaciones, del Opel Insignia GSi llama la atención la puesta a punto de su chasis, porque es capaz de disimular su corpulencia ayudado por una directa dirección (2,2 vueltas entre topes), por sus suspensiones FlexRide o por el efectivo sistema de tracción total, que añade la vectorización del par motor, otorgando un paso por curva verdaderamente rápido y preciso. Eso ayuda cuando nos queremos divertir, pero también transmite un plus de seguridad circulando en lluvia o con carreteras con nieve o hielo.
Un motor con el que casa de cine
Pero sin duda el plato fuerte lleva el nombre de 2.0 Turbo, una versión, que aunque tiene 65 CV menos, dicen de él que es más rápido que el anterior Opel Insignia OPC, una máquina que escondía un propulsor 2.8 V6 Biturbo y que en España es utilizado por la Guardia Civil de Tráfico. Si es así, igual con este tienes alguna posibilidad de fuga.
No sólo lo dicen, sino que en Nürburgring consiguió recortarle 12 segundos al mencionado OPC. Para ello tiene especial importancia el haber rebajado 160 kilos de peso, aunque también es cierto que la relación peso/potencia sigue estando a favor del OPC (5,56 kg/CV por 6,44 kg/CV de GSi). Pero es ahora cuando lo comprobaremos en nuestras propias carnes.
Este motor es una delicia, porque es capaz de mostrarse suave y dulce, pero también enseñarnos de lo que es capaz y transmitirnos una gran energía. No obstante puede presumir de ofrecer 260 CV de potencia y 400 Nm de par motor, que están disponibles desde sólo 2.500 rpm. Si en algún instante muestra algún atisbo de palidecer, su cambio automático (con ocho marchas igual que en el diésel) quitará una, dos o tres marchas, las que tu le indiques a base de gas, para volver a cargarlo de vida y a salir catapultado, pues este Insignia GSi corre, y mucho. Tanto como gasta, porque no es precisamente un 'mechero' y sus 62 litros le pueden llegar a durar un suspiro. Y es que anuncia 8,6 l/100 km, pero ya te aviso que de bajarlo de 10 l/100 km es prácticamente imposible por muy tranquilos que queramos ir. Pero también es cierto que el mencionado OPC gastaba bastante más que este.
Igual ese gasto se te olvida cuando veas que esta versión puede alcanzar una velocidad máxima de 250 km/h (245 km/h el Sports Tourer) y que en sólo 7,2 segundos acelera de 0 a 100 km/h (7,4 segundos el Sports Tourer). Pero como decíamos en el diésel, deberían haberlo equipado con Launch Control y esos tiempos serían mucho más atractivos. Pues como detalle te diré que un Alfa Romeo Giulia 2.0 Turbo Veloce acelera de 0 a 100 km/h en 5,2 segundos, mientras que 5,6 demanda un Volkswagen Arteon 2.0 TSI. Ambos tienen cambio automático, tracción total y también le sacan apenas 20 CV, pues anuncian 280 CV.
Pero como ocurre en el diésel, es su puesta a punto lo que llama la atención cuando te acomodas en sus deportivos asientos, pues puede presumir de contar con la mejor tecnología.
Frenos Brembo y gomas Michelin
Por ejemplo, los especialistas de Brembo han diseñado su sistema de frenos, donde en su eje delantero encontramos unos discos de 345 milímetros con pinzas de cuatro pistones, que son los culpables de detener sus 1.683 kilos con contundencia (ojo porque son 89 kilos menos que el diésel) y aguantar sin rechistar el uso intenso.
Todos los Opel Insignia GSi apuestan apuesta por un la suspensión FlexRide, cuyos muelles se recortan 10 milímetros, mientras que mantiene los programas Tour, Normal y Sport. Cada uno varía el tarado de la suspensión, el tacto del acelerador, el cambio, la gestión del motor y la dirección. Ahora bien, específico para ellos es el modo 'Competición' ideado para su control de estabilidad, que fue el utilizado en las vueltas rápidas a Nürburgring y el que pudimos probar en la pista de pruebas que Michelin tiene cerca de Marsella, donde desarrollaron sus neumáticos, unos Michelin Pilot Sport 4S en medida 245/35 R20.
Aquí pudimos comprobar cómo disimula su corpulencia y lo efectivo que es este Insignia GSi en curva gracias a la vectorización del par motor. También es cierto que no esperes que su zaga se insinúe más de lo habitual, algo que personalmente me gustaría y ayudaría a mejorar las sensaciones al volante de esta deportiva berlina, que es siempre noble y predecible.
En cuanto al resto del conjunto, nada que objetar, pues está muy bien acabado, es verdaderamente espacioso, cuenta con un completo equipamiento de serie donde no falta lo último en seguridad activa y donde tampoco hay que olvidarse de unos tecnológicos faros Intellilux Matrix LED que iluminan hasta 400 metros por delante nuestra.
Más barato que sus competidores
Por último te diré que los precios de estos Insignia GSi arrancan en los 45.500 euros cuando hablamos de los 2.0 Turbo de 260 CV, mientras que si lo queremos con carrocería Sports Tourer tendremos que desembolsar 1.200 euros más.
Antes hablábamos de dos rivales directos que eran más rápidos que el Insignia acelerando y te diré que el Alfa Romeo Giulia Veloce 2.0 Turbo Q4 tiene un precio de 54.740 euros, mientras que el Volkswagen Arteon 2.0 TSI 4Motion R-Line arranca en los 51.765 euros. Igual viendo esto no te importa que no les iguale acelerando.