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Honda Civic 1.0 i-VTEC Executive. El poder del litro

Nos gusta la política comercial de Honda, que hasta en el Civic 'básico' -este 1.0 i-VTEC de 129 CV- ofrece muchas alternativas. En concreto, seis versiones, fruto de asociar los acabados Comfort, Elegance y Executive a dos tipos de transmisión: manual y automática CVT de variador. La combinación elegida en nuestro caso -caja manual y nivel Executive- sube la factura a 27.350 euros, que con el descuento se quedan en 25.650 euros. Si nos parece mucho podemos bajar a los acabados inferiores, ya bien dotados. Por ejemplo, en materia de seguridad y ayudas de conducción, pues toda la gama comparte aviso de cambio involuntario de carril LDW con asistente de mantenimiento de carril LKAS, aviso de colisión frontal FCW con prevención y mitigación de impacto CMBS y control de crucero adaptativo i-ACC. Y en el Executive probado, que añadía el Pack Premium opcional -900 euros- formado por tapicería de piel, asientos traseros calefactables y cargador por inducción, pocas cosas se echan en falta. Por eso sorprende que no haya salidas de aireación traseras, o que la calidad general de terminación parezca haber dado un pequeño paso atrás frente a la generación anterior, pues los materiales no son de primera y algunas piezas plásticas tienen rebabas. Y puestos a criticar, la instrumentación no nos parece muy legible y el manejo de la pantalla táctil central debería ser más intuitivo.

Una lástima, porque el diseño interior, en general, es moderno y ergonómico: asientos cómodos, palanca de cambios a mano y con un tacto exquisito, buena visibilidad hacia atrás pese a la luneta trasera en dos partes… El gran tamaño exterior -rebasa los cuatro metros y medio- se traduce en un enorme maletero de 478 litros -el tejido de la bandeja enrollable es un tanto frágil-, y también acompaña la amplitud en el habitáculo, especialmente la cota para las piernas detrás. La anchura en la segunda fila, en cambio, no pasa de correcta -129,5 centímetros-, y pasa lo mismo con la altura al techo -88,5 centímetros-, más 'ajustadita' que en sus rivales directos.

Al ponernos en marcha, el Civic despliega sus mejores atributos, pues presume de una puesta a punto dinámica. Por eso balancea poco y tiene una dirección precisa y rápida con sólo 2,2 vueltas de volante. Y los generosos 235/45 R17 -mucha rueda para un coche de sólo 1.350 kilos y motor 1.0- le amarran al firme tanto en curva, donde la velocidad de paso es altísima, como al frenar: 52 metros para detenernos desde 120 km/h.

El motor pone la guinda, pues no tiene sonido tricilíndrico y empuja bien siempre, sobre todo entre 2.000 y 5.700 vueltas, momento en el que se produce el abrupto corte de inyección. No es un misil, en cualquier caso. En cuanto al consumo, los 7,2 l/100 km de media real están muy bien, pero el depósito es pequeño.

LA CLAVE

El Civic puede presumir de sus motores VTEC Turbo de gasolina. Me refiero al brutal 2.0 del Type R, con sus 320 CV, y al soberbio 1.5 de 182 CV -ambos probados ya por Motor 16-; pero también a este 1.0 tricilíndrico de 129 CV, mecánica que mueve bien al compacto de más talla del mercado. Y además, no consume en exceso.