Con la popularidad de los vehículos SUV viento en popa es más fácil 'arriesgar' y buscar huecos donde no parece que los haya. Es el caso del nuevo Tiguan Allspace, modelo que se sitúa entre el Tiguan y el Touareg por tamaño, pero se desmarca de ambos porque es el único que brinda la posibilidad de ofrecer un aforo con siete plazas. Y es sí o sí, porque son de serie.
No es un experimento 'americano' porque en ese mercado ya cuentan con el Atlas, modelo que, además, supera los cinco metros. En nuestro caso comparte la avanzada plataforma MQB con el Tiguan, pero incrementa estratégicamente su longitud en 21,5 centímetros, hasta alcanzar los 4,70 metros de largo.
Las diferencias estéticas entre ambas carrocerías del Tiguan son casi anecdóticas. Nuestro protagonista, por ejemplo, eleva discretamente la línea de capó para guardar las proporciones y monta unas puertas traseras algo más grandes. El resto es cuestión de centímetros: 10,9 más en las distancia entre ejes y 10,6 de incremento en el voladizo trasero.
Las consecuencias no se hacen esperar. Los ocupantes de la segunda fila gozan de hasta 54 milímetros más de espacio para las piernas, además de beneficiarse de una banqueta que se puede desplazar hasta 18 centímetros longitudinalmente por secciones 60/40.
Esta circunstancia nos permite jugar con la capacidad del maletero, otro de los grandes beneficiados. Con las siete plazas ocupadas nos queda un volumen de 230 litros, que se incrementa hasta los 700 litros con cinco plazas -85 más que en el Tiguan normal- y que puede llegar hasta los 1.775 en caso de necesidad. Y para facilitar las cosas, de serie cuenta con un portón eléctrico con función manos libres Easy Open.
Y ya que 'tocamos' el equipamiento, señalar que a la generosa dotación del acabado Sport se añade un 'goloso' paquete de lanzamiento, valorado en 3.325 euros, que incluye el asistente de aparcamiento automático, navegador con pantalla táctil de 8 pulgadas, reconocimiento de señales, suscripción gratuita a servicios online durante tres años, techo solar eléctrico, cámara 360º, asistente de reconocimiento de señales y peatones y la App-Connect con VW Media Control.
Regresando al capítulo de la habitabilidad, quizás sea más correcto referirse a 5+2 plazas que a 7. Y que conste que los dos asientos abatibles de la tercera fila son más holgados de lo que pueda parecer al principio, pero el acceso sigue siendo complicado, y con mi 1,70 de altura rozo con la cabeza en el techo. Dos niños irán encantados, pero dos adultos aceptarán el reto en traslados cortos y ocasionales; pues más tiempo quizás no les haga ya tanta gracia.
Probamos un motor con 150 CV de potencia
Hemos probado el Tiguan Allspace con el motor de acceso a la gama diésel. Se trata del conocido 2.0 TDI de 150 caballos de potencia, asociado a la transmisión DSG de siete relaciones y a la eficiente tracción total 4Motion, una combinación que nos brinda mejores cualidades dinámicas, mayor capacidad 'off road' y más solvencia a la hora de tirar de un remolque.
El rendimiento de este propulsor es satisfactorio, siempre y cuando no vayamos 'cargados' hasta arriba. La respuesta desde apenas 1.500 rpm es contundente y se mantiene de manera progresiva hasta las 4.000 vueltas. Se puede circular a elevadas velocidades de crucero en autopista sin esfuerzo, y nos permitirá realizar adelantamientos con cierta solvencia. En este sentido, pasar de 80 a 120 km/h se traduce en 9,3 segundos y 231 metros de 'pista libre'; es decir, no bate records, pero la maniobra tampoco se convierte precisamente en un martirio.
El comportamiento dinámico no difiere en gran medida del conocido en el Tiguan, aunque en este caso sí que se muestra algo más asentado, pero menos ágil, debido a su mayor distancia entre ejes. La dirección es igual de directa y precisa. La tracción total ayuda en todos los sentidos. En condiciones normales actúa como un simple tracción delantera, pero en caso de necesidad un embrague multidisco puede enviar casi la totalidad de la motricidad a las ruedas traseras.
El conductor poco tiene que hacer a la hora de gestionar la tracción 4Motion, pero sí puede escoger entre los cuatro programas de conducción: Eco -con circulación 'a vela' incluida-, Normal, Sport e Individual.
Además, también se puede optar a los modos Nieve, Normal, Off Road y Off Road Individual; y en este último podremos adaptar los parámetros de la dirección, del propulsor, del cambio y de la tracción total. Asimismo, se activan las funciones del control de descensos y de arranque en pendientes.
Nuestra unidad contaba con el paquete Off Road, que incluye protecciones de bajos y un paragolpes delantero que incrementa el ángulo de ataque hasta los 24º. Lo cierto es que nuestro protagonista no defrauda en su personalidad campera, siendo capaz de superar situaciones que la gran mayoría de los conductores no se decidirán a afrontar jamás. Tampoco se inmuta demasiado a la hora de afrontar pistas de tierra, y cuenta con aliados extra, como una cámara de 360º de gran resolución para ver en detalle todo lo que nos rodea.
La única limitación viene de la mano de unos neumáticos de corte más asfáltico que otra cosa, con un gran agarre cuando circulamos por 'lo negro', como demuestran las magníficas distancias de frenado registradas -51,5 metros para detenernos desde 120 km/h-, pero menos efectivos sobre tierra. Además, son autosellantes con el acabado Sport que nos ocupa; y por lo tanto, ojo con las aventuras porque un contratiempo nos podría dejar en manos de la grúa. Si no queremos riesgos, por 115 euros podríamos montar la rueda de repuesto 'pequeña' opcional.
Confortable y agradable en marcha, durante la prueba ha firmado 7 litros exactos de media cada 100 kilómetros, un registro realmente atractivo. Esa cifra, actuando lógicamente con el modo Eco, que conlleva la mencionada circulación 'a vela' y con el aporte del asistente Start/Stop.
Y para concluir, señalar que la calidad y rotundidad del acabado 'made in Volkswagen' -la variante Allspace del Tiguan se fabrica en México- son evidentes. Lo mismo ocurre con el equipamiento de serie, que contempla en su extensa dotación detalles que nos alegrarán la vista, como el sofisticado cuadro de mandos Digital Cockpit, configurable al gusto o a las necesidades de conducción en cada momento.
Este Tiguan 'XL' nos ha convencido gratamente. Ahora toca echar cuentas, porque su precio es 3.750 euros superior al del Tiguan 'normal'.
LA CLAVE
Su principal argumento son las siete plazas que ofrece de serie, las dos últimas más enfocadas a un uso ocasional que a otra cosa; aunque también dispone de una mayor capacidad del maletero con respecto al Tiguan 'convencional'. El propulsor 2.0 TDI de 150 CV es el punto de partida por potencia en diésel, suficiente para rodar confortablemente y con unos consumos ajustados, aunque sin grandes pretensiones en prestaciones. La tracción total es un plus dinámico que siempre se agradece, y su personalidad 'off road' es más consistente de lo que parece.