Hace unas semanas se dejaba ver por un circuito de Zagreb (Croacia) realizando distintos test de baterías. El Cupra e-Racer continúa con su fase de desarrollo y se ha puesto al límite, con el piloto Jordi Gené al volante, en el trazado de Castellolí (Barcelona).
En estos nuevos test dinámicos se ha podido probar la potencia máxima de los motores, la gestión de energía frente a la temperatura de todos los elementos (especialmente de las baterías) y la conductibilidad, examinando la respuesta del pedal del acelerador, frenos y recuperación de energía.
En septiembre realizará sus próximos test, y estarán centrados en reducir el tiempo por vuelta de este turismo eléctrico de competición, que se ha marcado el objetivo de tener su propia categoría de turismos eléctricos en el campeonato -eTCR- en el 2020.
El director de Cupra Racing, Jaime Puig, ha asegurado que «con el CUPRA e-Racer queremos demostrar que el futuro de la competición es eléctrico, y que un eTCR es tan competitivo o más que los turismos de gasolina de carreras. Confiamos en que el resultado de los test que estamos haciendo en pista sirvan para motivar a otras marcas y que en 2020 veamos la categoría eTCR convertida en una realidad».
«Una cadena de sorpresas agradables»
El piloto oficial de pruebas y desarrollo de Cupra, Jordi Gené, ha quedado impresionado con el rendimiento del vehículo y ha destacado que «la aceleración es impresionante, y el bajo centro de gravedad, al tener las baterías muy bien repartidas, hace que la sensación de pilotaje sea mejor de lo imaginado. Sólo tenemos margen de mejora en las frenadas, puesto que se nota que es un coche más pesado y es complejo detenerlo con precisión«.