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Nuevo KIa Sportage. Nuevas cartas

El Kia Sportage es el modelo más vendido en la historia de la marca y, por tanto, el niño mimado. Por eso se le ha cuidado al máximo, sobre todo en el apartado de la eficiencia. Porque esta renovación de la cuarta generación del SUV va más allá de la fachada -los cambios estéticos son muy ligeros y se centran en la parrilla, sobre todo en la parte inferior y en el diseño de las luces, mientras que en la trasera se refleja sobre todo en un difusor en la parte baja, rematado en metal, que refuerza su estética off-road- y se centra en aspectos técnicos.

Y hay dos principales, con la reducción de consumos y emisiones en el punto de mira. Por un lado el sistema de hibridación ligera, con batería de 48 voltios, que se ofrece por primera vez en este segmento y reduce los consumos en torno al 7 por ciento. Y por otro, el nuevo motor 1.6 CRDI, el más eficiente creado hasta la fecha por Kia.

El sistema de hibridación ligera está disponible, por ahora, con el motor diésel más potente, el 2.0 de 185 caballos -en 2020 llegará a las versiones 1.6 CRDI– . Este sistema, por un lado apoya al motor de combustión cuando precisa máxima potencia o al arrancar; y en modo 'generador' acumula la energía almacenada al frenar o al circular en retención. Y ofrece una función de parada y arranque en marcha apagando el motor térmico y circulando a vela cuando no tocamos el acelerador. Y el sistema se pone en marcha de manera imperceptible al volver a pisar el acelerador.

Además el sistema de parada y arranque refina su funcionamiento parando el motor del coche cuando al acercarnos, por ejemplo a un semáforo, la velocidad baja por debajo de los 30 km/h. El resultado, una rebaja de emisiones de un 4 por ciento y la etiqueta ECO de la DGT,

Más mejoras en el aspecto mecánico

La otra gran novedad en el terreno mecánico viene por parte del nuevo motor diésel 1.6 CRDI que sustituye a todo un clásico, el 1.7 CRDI. El nuevo motor está disponible con 115 y 136 caballos de potencia y unas emisiones que oscilan entre 123 y 126 g/km de CO2 ya con la normativa WLTP. En gasolina no hay cambios en la gama, con el 1.6 T-GDi con turbo y 177 CV o el mimso bloque sin turbo y 132. Y ambos con un nuevo filtro de partículas, que reduce aún más las emisiones.

En los alrededores de Fráncfort nos hemos puesto al volante, empezando por el 2.0 Mild Hybrid en un recorrido que nos lleva por zonas del centro de la ciudad, autovías y carreteras de doble dirección. Para empezar, decir que detectamos que el sistema está en funcionamiento porque en el cuadro de instrumentos, aparece un esquema del coche que va cambiando indicándonos los diferentes modos de uso. No se notan vacíos de potencia ni saltos o transiciones bruscas al entrar en funcionamiento la parte eléctrica. El motor empuja con decisión y habría que tener un Sportage equivalente, sin Mild Hybrid para apreciar las diferencias.

En autopista circulamos a vela con suavidad y en cuanto pisamos el acelerador el coche responde desde su lado 'clásico' con contundencia. El cambio automático de doble embrague es rápido y suave.

Nuestro siguiente compañero de viaje es el 1.6 CRDI con 115 caballos, con tracción delantera y cambio manual de 6 velocidades. Será la estrella en las cifras de ventas de la gama y nos parece una versión muy racional; porque su nivel de potencia es más que suficiente y ofrece una suavidad de funcionamiento que supone un gran salto adelante frente al anterior motor 1.7 que debido a su edad mostraba un funcionamiento un tanto áspero. Este motor es mucho más agradable. No anda escaso de brío, como comprobamos en algún adelantamiento, y estira con ganas más allá de las 4.000 vueltas y empuja desde muy abajo. Bien por recorrido el cambio manual pero mejorable por su tacto. La dirección es precisa y esta junto a los frenos,rematan una versión que supone un excelente punto de partida a la nueva gama del Sportage.

Aún sin precios, cuando llegue al mercado, en septiembre, el nuevo Sportage lo hará con cartas renovadas para aumentar su éxito.