El Touareg siempre ha sido un coche rodeado de excelencia, ha estado a otro nivel, incluso dentro de la propia Volkswagen. No en vano cuando entra en el taller de la marca tiene hasta una tarifa específica mucho más cara por hora y el coche se ha desmarcado siempre del resto de la gama gracias a su imponente presencia y a sus incomparables características. Pero Volkswagen ha rizado el rizo en cuanto a que el nuevo Touareg, su tercera generación, mejora en todos los ámbitos para convertirse en el Volkswagen más avanzado de la gama y de la historia de la marca. Elementos como la dirección a las cuatro ruedas; las barras estabilizadoras activas; el sistema de visión nocturna; o los faros más avanzados del mundo, con hasta 12 funciones de iluminación incluida una para utilización «Off-Road» con una luz de cruce especialmente intensa enfocada a la anchura, para facilitar la detección de obstáculos en el terreno; ponen la guinda a un modelo que recurre a una nueva plataforma y a una dieta que rebaja su peso en alrededor de 100 kilogramos.
A primeros del pasado mes de junio nuestro compañero Gregorio Arroyo ya conducía este modelo por vez primera en carretera destacando en estas páginas su dinámica, el rendimiento del motor 3.0 V6 TDI de 286 caballos y el confort del todocamino alemán. Pero ahora nosotros hemos podido conducirlo por primera vez fuera del asfalto, en una ruta «Off-Road» de dificultad media pero que ha servido para comprobar la eficacia de elementos como el control de descenso o la tracción total con diferencial central autoblocante, de serie en todas las versiones, la suspensión neumática con regulación de altura o las barras estabilizadoras activas. Hay que pensar que lejos de lo que creíamos, alrededor del 60 por ciento de los propietarios de Touareg en Alemania y un 40 por ciento en Europa también utilizan el Touareg como vehículo de tracción o le sacan más partido al sistema «Off Road» practicando actividades deportivas o realizando rutas todoterreno.
Dos motores TDI por ahora
La versión «básica» Pure TDI de 231 caballos ofrece, por 2.350 euros, la suspensión neumática con selección de modos de conducción. Y por 750 euros más, el paquete «off road» (modos de conducción específicos «Off-Road», dos argollas de remolque, un depósito de combustible ampliado de 75 a 90 litros, así como un sistema de protección de los bajos, un elemento de protección para la batería de 12 V, un revestimiento aerodinámico especialmente robusto, así como una protección para el depósito y una moldura anti gravilla), un paquete disponible únicamente en los acabados Pure y Premium. Sin embargo sólo el siguiente nivel de acabado Premium asociado a ese motor, así como los dos acabados Premium y R-Line del motor V6 TDI de 286 caballos, son los que tienen acceso a las diferentes opciones más completas que además son las que de alguna manera marcan la ofensiva tecnológica de esta tercera generación. Es el caso del paquete de suspensión neumática con eje trasero direccional que con un coste de 3.440 euros, se compone de Eje trasero direccional, Regulación adaptativa del tren de rodaje (DCC) y Selección de modos de conducción. Pero hay más ya que en el top de las opciones tecnológicas se encuentra el paquete de suspensión neumática Premium que cuesta 7.130 euros e incluye: Eje trasero direccional, Estabilización del balanceo con control electromecánico y barras estabilizadoras activas (controladas por una red de abordo de 48 voltios), Regulación adaptativa del tren de rodaje (DCC) y Selección de modos de conducción.
Es este último el que probamos nosotros en la toma de contacto más reciente y hay que decir que estos 7.000 euros junto a los 750 del paquete «Off Road» convierten al nuevo Touareg en un todoterreno que no tiene nada que envidiar a mucho de los históricos modelos de pura cepa. Sorprende por ejemplo que las más de dos toneladas del coche serpenteen por trialeras y pozas sin despeinarse y, sobre todo, sin que el conductor tenga que aprender latín incluso con las ruedas de carretera Pirelli P Zero de las unidades de prueba.
Siempre con tracción total
Partimos de un sistema de tracción total permanente 4Motion que para repartir el flujo de fuerza entre el eje delantero y trasero recurre a un diferencial central autoblocante con distribución asimétrico-dinámica del par. De esta manera llega un máximo del 70 por ciento de la fuerza motriz al eje delantero y hasta el 80 por ciento al eje trasero. Además, se ofrecen cinco modos de conducción todoterreno que se unen a los otros cinco disponibles para conducción en carretera. Por ejemplo, el modo «Snow» está optimizado para calzada resbaladiza; el modo «Offroad Auto» está diseñado para situaciones todoterreno generales. El «Sand» se ha adaptado para arena profunda, sin asistente de arranque en pendiente. El «Schotter», para terrenos ligeros, como caminos de tierra. Y el «Offroad Expert» es el que permite una selección individual de los parámetros todoterreno. Así pues parece difícil que se le resista cualquier terreno salvo que en barro serán los neumáticos quienes pongan los límites si se mantienen los de carretera.
El Touareg ya iría bien con esta dotación, sin embargo la eficacia de las barras estabilizadoras activas nos ha conquistado ya que reducen de manera significativa la inclinación lateral del Touareg al transitar por curvas en asfalto, mejoran claramente la estabilidad en carreteras con irregularidades en un solo lado. Y cuando salimos al campo, el desacoplamiento electromecánico de las barras estabilizadoras permite ganar recorrido de suspensión mejorando la torsión de los ejes y, en consecuencia, la tracción.
El nuevo Touareg estrena suspensión neumática que en situaciones normales se lleva en modo «Normal» o «Comfort». Pero este sistema revisado y mejorado notablemente resulta clave cuando las ruedas del Touareg pisan la arena de un camino y el todocamino alemán se aventura a descubrir mundo. Entonces se dispone del «nivel todoterreno», 25 mm más alto, así como un «nivel todoterreno especial» que eleva la altura a un total de 70 mm. En carretera y a velocidades de más de 120 km/h, la suspensión neumática baja automáticamente el tren de rodaje entre 15 y 25 mm (niveles bajos) para reducir la resistencia aerodinámica y adaptar el comportamiento de conducción. Finalmente, se dispone de un «nivel de carga» (40 mm más bajo) que facilita el acceso al coche o la carga y descarga del maletero.
La capacidad de ascenso máxima (60 por ciento) y la inclinación transversal (35 grados) son idénticas con la suspensión normal de serie y la suspensión neumática. En cambio, los ángulos de ataque delanteros y traseros aumentan de 25 a 31 grados con la suspensión neumática. También el ángulo ventral se incrementa, de 18,5 a 25 grados. Y regulando la altura también se incrementa la profundidad de vadeo máxima (de 490 a 570 mm).
Pero no todo son ventajas. El Touareg lleva de serie kit de reparación y sólo opcionalmente (por unos desmesurados 405 euros) se puede optar por una rueda de repuesto de emergencia. Y ni siquiera el paquete «Off Road» incluye una rueda de repuesto de tamaño normal, un elemento que echará de menos más de un aventurero de esos que se atreven con todo. Además, los mandos de los modos de conducción están situados en una posición algo retrasada.
El nuevo Volkswagen Touareg está disponible desde 64.725 euros.