Tanto cambia este nuevo Audi Q3 que incluso ha variado su lugar de nacimiento. Ahora se fabrica en la factoría de Györ, Hungría, y no en la barcelonesa de Martorell.
Fue el pasado 25 de julio cuando tuvimos ocasión de conocerlo en vivo en un enclave 'top secret' a las afueras de Ingolstadt, en Alemania. Entonces, a coche parado, ya nos encandiló con su formas, su mayor tamaño, su dosis extra de versatilidad… Desde entonces hemos estado pensando en el momento de ponernos al volante de este nuevo Audi Q3. Y ese momento ha llegado.
Tanto es así que nada más aterrizar en el aeropuerto de Bolzano, en el Sudtirol italiano, nuestros ojos se clavan en un 45 TFSI, el más potente de esta nueva familia. Pero si sus 230 CV te parecen pocos, no te preocupes, porque Audi ya trabaja en un RS Q3.
Tardas nada y menos en encontrar la posición de conducción ideal. Salvo acceder, porque le delata su altura, nada te hace pensar que es uno más de esos tan de moda vehículos SUV, pues las piernas van estiradas, el volante está muy bien colocado… Es más A3 que Q3… pero de los de antes. Si estás familiarizado con un A6, un A7 Sportback o un A8 -de los modernos- verás que este Q3 les va al rebufo, pues en opción hay instrumentación Audi virtual cockpit de 12,3 pulgadas y una pantalla central táctil de 10,1. Tecnología al poder.
Motor 2.0 TFSI
Arrancamos, y ese 2.0 TFSI ni se siente. Suave, agradable, rápido. Sólo está disponible con cambio automático S tronic de doble embrague y 7 marchas, además de con tracción total quattro.
No nos engañemos, ¿quién se va a meter en apuros por malos caminos con un Q3? Aún así, equipa un programa 'off road', control de descensos… Pero sus llantas de 20 pulgadas no están por la labor expedicionaria. Y sí, esas llantas son una opción.
Así, no es de extrañar que ofrezca el comportamiento de un turismo, con mínimos balanceos y un paso por curva realmente preciso. Está claro que ayuda el que tuviera suspensión adaptativa, la cual varía su dureza dependiendo del programa elegido: Efficiency, Comfort, Dynamic o Individual.
Poco que objetar a esta versión; y tampoco pienses que te va a arruinar por su consumo, pues es sencillo rondar los 7 u 8 litros a ritmos legales.
En cualquier caso, si la cuestión económica nos preocupa, el diésel 2.0 TDI no es mala opción. Y sí, ya cumple la exigente norma Euro 6d TEMP. Esta versión sólo se ofrece por ahora con el cambio manual y la tracción quattro. Dinámicamente va como el TFSI, pues la plataforma MQB equipa en todos los Q3 la suspensión trasera independiente y la tracción quattro se traduce en seguridad, tanto en seco como en mojado, nieve, barro…
Anda muy bien, pero el futuro motor 40 TDI con 190 CV casará mejor con su mayor corpulencia -es 97 milímetros más largo que antes-. Respecto al cambio manual, decir que su guiado y recorridos están a la altura de las expectativas, pero no así la forma del pomo, demasiado angular, y mucho menos la longitud de la palanca, impropia de Audi.
También es cierto que el motor diésel suena más que los TFSI, pero no es nada alarmante porque te beneficias de un consumo más ajustado, pues rondar los 6 litros de media real es pan comido.
Por su parte, el Q3 35 TFSI de 150 CV tiene desconexión de cilindros y no es mala opción, así como el 40 TFSI, ya con 190 CV, pero ambos están condicionados por las, de momento, escasas opciones motor-cambio-tracción.
Es verdad que el salpicadero está demasiado orientado al conductor y deja al acompañante en un segundo plano, o que equipa una banqueta trasera estrechada para ganar dos pequeños huecos portaobjetos en sus extremos. Tampoco convence su bandeja, que deja a la vista parte del maletero cuando adelantas la banqueta posterior… Pero en algo tiene que pecar este SUV, que arrancará en unos 35.000 euros.