Aquí no se comercializa este poderoso Cadillac CTS-V, pero en Estados Unidos se convierte en una alternativa lógica y mucho más asequible a un BMW M5 o un Mercedes-AMG E 63 S. Y es que para que te hagas una idea, estos dos últimos al otro lado del océano cuestan 102.700 y 105.395 dólares respectivamente, mientras que el CTS-V lo tienes por sólo 86.995 dólares. Y eso son apenas unos 76.500 euros al cambio actual.
Por ese precio tienes una exclusiva berlina puesta a punto para convertirse en un deportivo y que esconde un propulsor 6.2 V8 Supercharged capaz de generar 640 CV de potencia y 855 Nm de par motor. Por lo tanto, es más potente que sus rivales europeos. Si bien, este potencial se envía exclusivamente a las ruedas traseras y no a un sistema de tracción total, por lo que no es tan efectivo a la hora de acelerar desde parado, necesitando 3,7 segundos para alcanzar los 96 km/h. Pero desde ahí no para hasta alcanzar unos sorprendentes 322 km/h.
De 640 a 1.000 CV de potencia
Parece ser que estos números no son suficientes para muchos de sus clientes, que ahora pueden recurrir a los servicios del especialista americano Hennessey Performance, quien retoca de forma impresionante su propulsor para alcanzar la friolera de 1.000 CV de potencia y 1.310 Nm de par motor. El denominado paquete HPE1000 le permite ahora acelerar de 0 a 96 km/h en apenas 2,9 segundos, de igual forma que puede recorrer un cuarto de milla en 10,5 segundos, saliendo a 217 km/h.
Hennessey ofrece este paquete para cualquier CTS-V fabricado entre 2016 y 2018. Además del plus de energía, añade los emblemas específicos en su motor, exterior e interior, de igual forma que añade una garantía adicional para sus componentes mecánicos.