La Volvo Ocean Race, o la vuelta al mundo a vela, es la competición más larga y más dura del deporte profesional, y uno de los tres grandes acontecimientos del mundo de la vela junto a los Juegos Olímpicos y la Copa América. Dicen que durante más de 40 años la regata ha ejercido un influjo casi mítico sobre algunos de los mejores navegantes de la historia, muchos de los cuales han dedicado años, e incluso décadas, a intentar ganarla. Una historia de desafío personal con una tremenda semejanza a la obsesión que siempre ha demostrado Volvo por hacer los mejores modelos con carrocería familiar y tracción total. En la actualidad, cuando se compite a bordo de monotipos -barcos iguales-, el único modo de ganar la Volvo Ocean Race es navegando con más tesón e inteligencia que los rivales. Y todos ellos tienen una cosa meridianamente clara: la regata se gana en el agua, no en la fase de diseño. De nuevo una estrategia similar a la que ha adoptado Volvo para desarrollar sus nuevos modelos e imponerse a sus rivales, pero con una importante diferencia: en este caso, la marca sueca consigue la mitad de su éxito a base de imagen, al que suma el mismo tesón e inteligencia que ponen los participantes en el mar.
El V90 Cross Country Volvo Ocean Race es una edición especial que tiene un incremento en el precio de alrededor de 10.000 euros respecto al V90 Cross Country Pro. A cambio, esta exclusiva versión, que llama la atención por su color Crystal White, añade al máximo equipamiento de serie, apertura de puertas y maletero manos libres -asociado lógicamente al portón eléctrico-, pantalla táctil de 12,3 pulgadas y llantas de 20 pulgadas con neumáticos 245/45; además de numerosos logos, acabados específicos y colores relacionados con esta versión Ocean Race, como el naranja que encontramos en los cinturones, el ribete de las alfombrillas o las costuras de los asientos de piel y los reposabrazos. Y para terminar, dos discretos remates en ese vistoso color para una pequeñísima línea inferior en los paragolpes delanteros y traseros. No obstante, y a pesar del elevado precio final, conviene invertir 666 euros más en el Chasis Four C, que permite adaptar la suspensión en base a 4 modos: Comfort, Eco, Dynamic y Off-road. Esta tecnología supervisa el vehículo, la carretera y al conductor 500 veces por segundo, y permite mejorar notablemente la velocidad de paso por curva, el aplomo -independientemente de la cantidad de carga del maletero- y la comodidad en el día a día o en un estilo de conducción turístico.
Por lo demás, el V90 Cross Country, aquí con motor D4 de 190 CV, posee todo lo que suele buscar un comprador inconformista necesitado de exclusividad y espacio, y al que las carrocerías estilo SUV -altas y cuadradas- le espantan.
LA CLAVE
Exclusividad en formato familiar con características todocamino. Así es uno de los SUV 'bajitos' más atractivos del momento. Tiene clase, calidad, espacio, tecnología y un andar cómodo y refinado. Su dotación de serie es magnífica, aunque faltan algunos detalles y el precio se dispara demasiado.