A finales del pasado año veía la luz en el Salón de Los Ángeles la tercera generación del Soul, un modelo fabricado en Corea que en el mercado norteamericano, donde es un producto de éxito desde hace una década, está disponible con mecánica eléctrica y también en versión de gasolina. Kia dudó, al parecer, sobre la conveniencia de lanzar el nuevo modelo en Europa, donde sí se vendieron las dos generaciones anteriores, pero finalmente la presión de algunos países inclinó la balanza a su favor, aunque con una oferta que en nuestro continente se limitará a las versiones eléctricas, bautizadas e-Soul. Y aunque mercados como Noruega, Holanda, Suecia o Francia serán los que más unidades reciban (allí los incentivos a la compra son fantásticos), a España también llegará a partir de julio, con precios que todavía desconocemos pero que no deberían alejarse mucho de los que tiene el e-Niro (desde 31.150 euros), con el que comparte mecánica, plataforma, tecnologías de seguridad y mucho más.
Si en el reciente Salón de Ginebra pudimos ver ya en directo el e-Soul, ahora ya hemos tenido oportunidad de conducirlo en Frankfurt, donde la firma coreana tiene su activa central europea. El tercer Soul presume de una estampa tan original como la de sus predecesores, marcada por unas formas bastante cúbicas, pero el nuevo diseño aligera y moderniza el aspecto, y varía ligeramente las dimensiones, pues la longitud crece 55 milímetros (ahora mide 4,20 metros de largo) y la distancia entre ejes se estira hasta los 2,60 metros (30 milímetros más que antes). En el interior, cinco buenas plazas y un maletero de 315 litros que, abatiendo la segunda fila por completo (es divisible por secciones asimétricas), crece hasta los 1.339 litros, de modo que estamos ante algo más que un utilitario, y podremos afrontar viajes de fin de semana en grupo con bastantes garantías. Aunque para garantía, los 7 años o 150.000 kilómetros que ofrece Kia para el e-Soul, idéntica a la del resto de la gama y que se extiende también a la batería de iones de litio y a la parte eléctrica.
Comparte arquitectura con el e-Niro
Si hablamos del apartado mecánico, es obligado recurrir, como decíamos antes, al e-Niro, pues el e-Soul comparte con él su arquitectura eléctrica, desdoblada en dos versiones: la que tiene batería de 39,2 kWh y motor de 136 CV, y la de autonomía larga, con 204 CV de potencia y batería de 64 kWh. En ambos casos, por cierto, con un par máximo de 40,3 mkg, que es bastante. Y si la primera alcanza una velocidad punta de 155 km/h y acelera de 0 a 100 km/h en 9,9 segundos, la segunda, con la que recorrimos más de 100 kilómetros de ciudad, carretera y autopista durante algo más de hora y media, alcanza 167 km/h y pasa de 0 a 100 km/h en sólo 7,9 segundos, registro digno ya de un pequeño GTI pero que aquí se logra con total progresividad y en medio de un silencio casi absoluto.
Kia destaca que las baterías del e-Soul (alojadas bajo el suelo del habitáculo) tienen un 25 por ciento más de densidad energética que las anteriores debido a mejoras en el proceso químico de sus acumuladores. Eso permite que no ocupen o pesen mucho más pero sí rindan mejor, a lo que colabora la refrigeración por agua o un modo Winter que, en invierno, sitúe la temperatura de trabajo de la batería al nivel adecuado. El e-Soul básico, con su motor de 136 CV (un 23 por ciento más que el Soul eléctrico anterior), homologa un gasto mixto WLTP de 15,6 kWh/100 km, de manera que la autonomía media teórica es de 276 kilómetros; mientras que el e-Soul con batería de 64 kWh y motor de 204 CV anuncia un consumo prácticamente idéntico (15,7 kWh/100 km) pero homologa una autonomía WLTP de 452 kilómetros, lo que ya anima a plantearse desplazamientos por carretera con bastante tranquilidad.
Cabe preguntarse aquí sobre la autonomía real, pero en nuestro rápido test alemán, con una ciudad bastante despejada de tráfico y carreteras del entorno poco pobladas también, le medimos 16 kWh/100 km de verdad; y eso que conducíamos de manera despreocupada, es decir, sin obsesionarnos con el gasto y probando los diferentes modos de conducción y retención del vehículo coreano. Porque si reduces el ritmo aún más, rondar los 12 ó 13 kWh/100 km en ciudad es factible, lo que se traduciría en más de 500 kilómetros reales entre recargas.
Recargas, por cierto, que podremos hacer incluso en puntos rápidos de hasta 100 kW empleando sólo 42 minutos, mientras que si empleamos un wallbox de 7,2 kW el tiempo de recarga total sería de 6 horas y 10 minutos. Y también es posible usar enchufes domésticos de 230 V, lo que ya alargará bastante la operación.
Con modo de conducción automático
El e-Soul cuenta, como el e-Niro, con cuatro modos de conducción, seleccionables mediante un botón situado junto a la rueda selectora del cambio: Normal, Sport, Eco y Eco+, aunque para optar por este último deberemos mantener presionado un momento el botón, pues en Eco+ se limitan bastante las prestaciones (velocidad máxima de 90 km/h y aceleración más suave) y los ingenieros han preferido que no se pueda activar por error, involuntariamente, al pasar de un modo a otro. Buena idea. Y convence totalmente también el sistema que permite optar, accionando la leva izquierda (subimos de nivel) o la leva derecha (bajamos el poder de retención) entre cinco niveles de recuperación de energía en las deceleraciones: desde el grado 0, en el que no hay retención y el coche sigue rodando libremente por inercia al dejar de acelerar, hasta un modo Pedal, en el que retiene tanto que podremos prescindir de frenar con los frenos a poco que cojamos algo de práctica. Y entre medias, niveles 1, 2 y 3, de forma que ajustaremos el funcionamiento del e-Soul a nuestro estilo de conducción, al escenarios por donde nos movamos o al estado del tráfico.
Y no queda ahí la cosa en torno a este sistema, pues también cuenta con un modo automático: si el coche detecta que por delante de nosotros circula otro vehículo (con bicicletas no funciona) a una distancia relativamente próxima, aumenta el nivel de regeneración de energía por sí mismo, de manera que baste con decelerar un poco para que nuestro e-Soul se frene (a partir del nivel 2 ya se activan las luces de freno) y mantengamos una distancia de seguridad correcta. Además, si tiramos de forma sostenida de la leva izquierda el coche frena claramente, incluso hasta detenerse por completo, pero no mediante el sistema de frenos propiamente dicho, sino mediante la retención del motor eléctrico. Puede sonar complicado, pero no lo es, pues Kia ha logrado un funcionamiento intuitivo, bastante automatizado y fácil de manejar.
Hay otras muchas cosas que han cambiado en el nuevo Soul en relación anterior. Hablábamos de la plataforma, que es más rígida, pero también es nueva la suspensión, destacando el tren trasero multibrazo, con un comportamiento realmente mejorado en comparación con el eje torsional usado en las dos primeras generaciones. Metidos en carretera nos quedamos con el aplomo ideal logrado en el e-Niro, que es muy eficaz y muy cómodo, a partes iguales; pero si al e-Niro le damos un 9, al e-Soul le daríamos un 8: notable alto. Porque podemos atacar vías de curvas con seguridad; y con buen tacto de freno, una dirección muy precisa… No sabemos cómo serán las reacciones sobre malas carretera porque no hay de eso en Alemania (la palabra bache no debe tener traducción en su idioma), pero el e-Soul nos pareció realmente cómodo por amortiguación e insonorización; buena sensación a la que contribuye la estupenda calidad general de acabado, la amplitud de habitáculo, unos asientos cómodos aunque no sean los que más sujetan del mundo, una magnífica visibilidad en todas direcciones…
Y con un sobresaliente habría que calificar el capítulo de la seguridad y las ayudas a la conducción, con sistemas disponibles como el asistente FCA que evita colisiones frontales, el detector de ángulos muertos BCW, el control de crucero adaptativo SCC con parada y arranque automáticos Stop & Go, el sistema de asistencia de mantenimiento de carril LKA, detector de fatiga DAW o las luces de carretera automáticas HBA. Y hay más, como la cámara posterior RVM con guías de estacionamiento, la asistencia RCCA para evitar colisiones laterales traseras o, en el punto máximo de la tecnología, el asistente para seguimiento de carril LFA, que permite hablar de conducción autónoma Nivel 2: a velocidades entre 0 y 130 km/h, y gracias a una cámara y varios sensores de radar, el e-Soul control la aceleración, la frenada y la dirección en función del vehículo que circula por delante, pues al tiempo que mantiene la distancia de seguridad registra las líneas de la carretera para mantenernos en el centro del carril.
Por último, el e-Soul será el primer Kia en Europa que adopte el sistema telemático UVO Connect (después se extenderá a otros modelos de la marca), que conecta a los conductores de todo el mundo para proporcionarles valiosa información a través de la pantalla táctil del coche, de 10,25 pulgadas, o de sus smartphones.