Audi lleva décadas cuidando como pocos el trabajo inmaculado en su familia de berlinas media-alta. Y basta echar un vistazo a la última generación del A6 para darse cuenta de ello. Su contundencia es tal que no solo pone de los nervios a sus competidores naturales en Mercedes-Benz, BMW, Volvo o Jaguar; sino que también es capaz de provocar temores en todo un A8, el buque insignia de la marca de Ingolstadt.
Y es que hablamos de una berlina que acaricia prácticamente los cinco metros de longitud y tiene una prestancia sobresaliente. Y, paradójicamente, presume de la etiqueta ECO que otorga la DGT y que nos facilitará enormemente el acceso a la gran ciudad cuando la cosa se pone 'fea'… Digamos, por ejemplo, en los temidos protocolos de contaminación. La clave es el sistema de microhibridación que porta y que analizaremos posteriormente.
Las virtudes de siempre en la saga A6 cobran una nueva dimensión ahora, no sólo en espacio; también en tecnología, confort o dinámica. Entrar y acomodarse en su interior es lo más parecido a estar en el salón de casa, porque sea cual sea nuestra talla, las cotas de habitabilidad son más que generosas, ya viajemos delante o lo hagamos detrás.
Si la ergonomía convence, la puesta en escena resulta espectacular, por la calidad que atesora y por la instrumentación digital que salpica tanto al cuadro de mandos Virtual Cockpit como a las dos pantallas hápticas del salpicadero, que han eliminado de un plumazo los controles y mandos de antaño. No estoy seguro de que sea más intuitivo que antes, pero que 'viste' más, no me cabe ninguna duda. Y de paso, el Head-up Display también es más grande y resolutivo que antes -1.710 euros cuesta la opción-.
Tampoco defrauda la zaga, donde el maletero ofrece 530 litros de capacidad, o como se mide en este segmento: caben dos bolsas de golf. No era nuestro caso, pero la tapa puede estar motorizada para que la ley del mínimo esfuerzo brille en todo su esplendor.
Con 231 CV de potencia
Dicen por ahí que el diésel tiene los días contados. Personalmente me cuesta creerlo, al menos si este tipo de motores tienen algo que ver con el que porta nuestro protagonista. Sería todo un despropósito. La variante 45 TDI del A6 probado se sitúa justo en el medio de la gama en cuanto a potencia se refiere. Recurre al conocido bloque 3.0 V6 y eroga 231 CV, suficientes para mover con soltura un conjunto que, en orden de marcha, se mueve en torno a los 1.900 kilos.
Y cuando decimos con soltura nos referimos a que acelera de 0 a 100 km/h en 6,3 segundos, pasa de 70 a 110 km/h en 4,3 segundos -sólo 110 metros, aspecto que garantiza adelantamientos ágiles- y la velocidad máxima está limitada a 250 km/h.
Buena parte de estos atractivos números hay que achacarlos a la excelente gestión de la transmisión automática Ttiptronic de ocho relaciones. Este convertidor de par quizás no sea tan rápido como el doble embrague S tronic, pero resulta más refinado en su funcionamiento. Lógicamente, para registrar las mejores cifras hay que apostar por su programa deportivo, que permite estirar hasta las 4.300 revoluciones por minuto el motor.
Eso por el lado más pasional, porque en su vertiente más eficiente la cosa sigue pintando bien. Esta variante incorpora un sistema Mild-hybrid, tecnología de microhibridación que contribuye a unos excelentes registros en cuanto a consumo.
El sistema eléctrico principal es de 48 voltios y se nutre por medio de una batería de iones de litio situada en el maletero -se mantiene también la tradicional de 12 V- que almacena energía en las frenadas y deceleraciones. A su vez, un alternador conectado al cigüeñal asiste al motor térmico, aunque nunca funcionará como eléctrico puro por sí mismo. Con esta solución el funcionamiento de gran parte de los elementos del vehículo, incluido el sistema Start/Stop, se desliga del motor diésel directamente, reduciendo el consumo general. De hecho, los 6,5 litros de media durante la prueba son realmente significativos, aunque en este caso se registran con el programa Efficiency del asistente Audi drive select. También ofrece los modos Comfort, Auto, Dynamic e Individual, que modifican los parámetros de la propulsión, el tren de rodaje, la dirección…
Sus buenos números se complementan con un comportamiento sobresaliente. Muy confortable siempre, resulta más ágil de lo que una berlina de este tamaño pudiera transmitir. Aquí sí resulta vital la tracción Quattro, un plus en seguridad y motricidad. Y en nuestro caso, el paquete S Line -opcional- se asocia a una suspensión deportiva rebajada 20 milímetros, a la que sumamos unos amortiguadores adaptativos, también con sobreprecio, en nuestra unidad. Los más sibaritas todavía pueden optar a un conjunto neumático como máxima expresión.
El chasis responde, la dirección ofrece un tacto franco y directo y los frenos son de matrícula de honor: 48,5 metros para detenerse por completo desde 120 km/h.
Nuestra unidad brilla con luz propia, aunque contribuyen también a ello los 25.905 euros que porta en extras, como los faros Matrix LED o el navegador con MMI touch response. Por cierto, el lector de señales, asociado al control de velocidad, es muy útil para evitar multas, aunque a veces 'lee de más' y confirma límites de salida de autopista que no debería, con el consiguiente contratiempo y susto…
LA CLAVE
Es complicado no sentirse bien en el nuevo A6 porque ofrece una solidez de argumentos demoledora. En esta categoría premium de berlinas todo se mide al detalle… aunque también se paga. La versión 45 TDI de 231 CV convence por confort, dinámica, consumo y rendimiento. Es más, las prestaciones medidas respecto al 50 TDI de 286 CV -que porta el mismo diésel V6- son casi un calco… y te ahorras 4.000 euros.