Si Leonardo da Vinci ilustrara su ingenio en pleno siglo XXI, quizás uno de sus inventos en el mundo de la automoción se parecería mucho a este impresionante 'concept' pensado, diseñado y fabricado por Italdesign en su planta de Moncalieri, 'arropado' por un equipo de mil personas.
La auténtica tradición italiana en el diseño GT se combina con una tecnología limpia y un interior que le sitúa sin complejos en la categoría premium. Es una apuesta valiente y tan real que con sólo unos pocos ajustes podría llegar a la producción en serie… si así se decidiera finalmente.
Elegante y deportivo a partes iguales, el Italdesign DaVinci, presentado en el último Salón del Automóvil de Ginebra, mide 4,98 metros de longitud por 1,97 de ancho y sólo 1,39 de alto. La distancia entre ejes se estira hasta los 2,90 metros y la altura respecto al suelo no llega a los 12 centímetros.
Su naturaleza eléctrica da mucha vida a la hora de jugar con el diseño. Dado que no es necesaria una rejilla frontal por carecer de un motor térmico, se apuesta por un llamativo elemento hexagonal cerrado introducido por primera vez en 2016 en el GTZero. Las tomas de aire se sitúan en lo más alto del capó para dotarle de una mayor agresividad.
En la vista lateral llaman la atención las llantas de 22 pulgadas, pero también la silueta, con una fuerte caída de techo en la zaga que recuerda mucho la del Audi A7 Sportback. Sin embargo, la originalidad es cosa de las espectaculares puertas con apertura 'ala de gaviota', que dan paso a un interior configurado para cuatro plazas.
Y la trasera tampoco defrauda. Capta la atención el doble difusor en los bajos, el alerón trasero activo que se eleva en función de la velocidad para mejorar la carga aerodinámica o los pilotos en forma de pétalos de flor basados en la tecnología OLED y que mejoran sustancialmente la luminosidad y, por tanto, la seguridad.
Plataforma eléctrica
El Italdesign DaVinci se impulsa gracias a una plataforma totalmente eléctrica, aunque el fabricante no ha desvelado datos de potencia o autonomía. Sí sabemos que monta un motor eléctrico en la parte delantera y otro en el eje trasero para dotar al conjunto de tracción total. La batería de iones de litio se ubica en el piso, entre ambos ejes, con el fin de no pasar factura a la habitabilidad o al maletero. La toma de conexión se sitúa en la parte delantera izquierda, aunque tampoco se han anunciado los tiempos necesarios para la recarga.
Esta es la apuesta sobre el terreno, pero esta prestigiosa empresa italiana podría, en nada de tiempo, transformar este modelo para circular con un motor de combustión con transmisión mecánica al uso.
Las modificaciones salpicarían a la parte delantera, debido a la ubicación del radiador y del propulsor térmico, y al rediseño del túnel central, con el fin de albergar la transmisión y el eje cardán indispensable para las cuatro ruedas motrices.
Por su parte, el interior es avanzado tecnológicamente, y premium si valoramos la calidad de los materiales y la terminación general. La configuración del habitáculo ofrece cuatro butacas individuales y contempla tres pantallas. Una hace las veces del cuadro de mandos configurable, la segunda se sitúa frente al copiloto -solución ya vista en Ferrari- y la tercera, táctil, se ubica en la consola central y aglutina buena parte de la información multimedia y de la gestión de la climatización.
En el salpicadero emergen retroiluminados desde el tejido Alcántara una serie de mandos. Lo mismo ocurre en la parte final del túnel central, donde hay una serie de controles interactivos integrados directamente en la tapicería.
