comscore

Audi SQ2. Un deportivo sorprendente

Si te hablo de un vehículo cuyo corazón proporciona 300 caballos de potencia, que acelera de 0 a 100 km/h en 4,8 segundos, que su velocidad máxima está limitada a 250 km/h, que se 'merienda' los 400 metros desde parado en 13,1 segundos o que sale del primer kilómetro lanzado a más de 214 km/h, ¿cuál sería el primer coche que te vendría a la mente? Pues me juego contigo lo que quieras a que jamás habrías pensado en un Audi Q2.

Hablemos con propiedad: un SQ2. Porque esta versión en particular está puesta a punto por Audi Sport y luce tan discreta como deportiva.

Tanto es así que si lo ves por la calle, o tienes un sexto sentido o pasará totalmente desapercibido delante de tus ojos. Y es que sólo sus cuatro salidas de escape y sus emblemas hacen presagiar lo que esconde bajo su capó este SUV de 4,21 metros de largo -dos centímetros más que un Q2 'normal'-, una alternativa perfecta para quienes lo vayan a usar tanto en ciudad como en carretera. De campo ni hablamos, ¿verdad?

También le delatan esos pequeños aletines en plástico negro que minimizan las salpicaduras de sus neumáticos en la carrocería, y que poco habría costado mimetizar mejor. Hubiera sido un detalle si tienes en cuenta que por lo que vale este SQ2 podrías adquirir un A5 Sportback 45 TDI Quattro Tiptronic, o un A6 40 TDI Quattro S tronic; y casi te da incluso para un Q5 45 TFSI Quattro S tronic. No será que no hay para elegir, aunque pocas opciones hay tan deportivas como este SUV.

Si por fuera es discreto, su interior va al rebufo, pero es cierto que hay unos sensacionales asientos deportivos, un volante con fondo plano, pedales metálicos…

No sobra espacio

Como ocurre en el resto de los Q2, no sobra precisamente el espacio, mientras que hay algunos materiales usados en zonas alejadas del tacto y de la vista que no brillan por su calidad. En este sentido, un S3 Sportback está mejor acabado. Decir también que sus parasoles quedan muy altos y que el Head-Up display no se ve con gafas polarizadas.

Igual que sucede en los otros Q2 con tracción total Quattro, su maletero oscila entre 355 y 1.000 litros -en los Q2 de tracción delantera la capacidad va de 405 a 1.050 litros- si abatimos los respaldos traseros divisibles en secciones 60:40, pues los 40:20:40 opcionales valen 320 euros.

Ponemos en marcha su 2.0 TFSI, un bloque fabricado en la planta de Györ (Hungría) que pesa 150 kilos. Pero eso poco importa, y mejor nos quedamos con su rendimiento: 300 CV y sus 40,8 mkg.

El Audi drive select es de serie y tiene programas como el Efficiency, que permite minimizar el consumo gracias a la función 'inercia', mientras que su función de ahorro 'start-stop' detiene el motor por debajo de 7 km/h. También propone los modos Auto y Comfort, pero su delicadeza con el pasaje es la justa, pues no ofrece suspensiones adaptativas. Y es que este SQ2 apuesta por una suspensión que presenta una buena firmeza y acerca su carrocería al asfalto 20 milímetros. Aún así, te puedes permitir viajes largos sin que luego tengas que visitar al quiropráctico. Y tampoco será necesario 'abonarse' a una gasolinera, pues su consumo ha sido bastante razonable para su enfoque, con una media real de 9,0 l/100 km. De ese modo, los 55 litros de su depósito cunden.

Pero el Audi SQ2 lleva un deportivo de verdad en sus entrañas y lo saca a relucir si apuestas por el programa Dynamic. En ese caso se acentúa el sonido de sus escapes y te invita a avivar el ritmo.

Su cambio S tronic de doble embrague bañado en aceite es una maravilla, pues efectúa cambios de marcha imperceptibles, aunque también te puedes deleitar gracias a las levas que equipa en un volante que ayuda a negociar las curvas con gran facilidad, ya que presume de rapidez: sólo dos vueltas entre topes.

De SUV tiene poco. Y te das cuenta cuando percibes que su carrocería no inclina en absoluto, pero es cierto que también es algo subvirador y que sus ayudas electrónicas siempre están al tanto de la situación; y en ocasiones incordian más que ayudan.

La tracción Quattro es un aliado excepcional que lee la carretera para repartir la energía necesaria a cada rueda, ya que puede enviar sus 300 CV al eje posterior en milisegundos para salir catapultados hacia la siguiente curva, dejando tras nosotros a coches deportivos para nada tan discretos.

LA CLAVE

Los más de 54.000 euros que cuesta me parecen una exageración. Discreto como pocos, nadie diría que acelera de 0 a 100 km/h en 4,8 segundos y alcanza los 250 km/h sin inmutarse gracias a sus 300 CV. Su equipamiento no brilla, pero te 'meriendas' a más de uno que no se lo espera. Y eso… no tiene precio.