El pasado 3 de junio el Volkswagen hizo historia en el Infierno Verde, consiguiendo la vuelta más rápida jamás conseguida por un vehículo 100% eléctrico. Con Romain Dumas al volante, esta bestia consiguió parar el crono en 6: 05.336 minutos.
El análisis de la grabación de datos demuestra una hazaña pionera de la conducción. Durante los 20.8 kilómetros, Romain Dumas fue sometido a fuerzas centrífugas que equivalen a aproximadamente tres veces y media su propio peso corporal en las curvas, registrando hasta 3,49g.
El piloto ha asegurado que «las altas velocidades en las curvas y la fuerza de frenado extrema producen altas fuerzas. Durante la vuelta record, los sensores a bordo registraron un valor máximo de 3,49 g durante la combinación izquierda-derecha en la sección Kallenhard del circuito».
Cuando está parado, el cuello debe soportar aproximadamente cinco kilogramos de cabeza y aproximadamente 1,500 gramos de casco. El valor máximo de 3,49 g en la sección «Kallenhard» de Nordschleife aumentó temporalmente ese peso a más de 20 kilogramos para Dumas.
Llegó hasta los 273 km/h
En cuanto a la velocidad máxima, la consiguió alcanzar en la sección Fuchsröhre, llegando a los 273 km/h. Además, la velocidad promedio fue de 204.96 km/h.
Para poder aprovechar en todo momento la energía almacenada en las baterías de iones de litio se contaba con un Sistema de Reducción de Arrastre (DRS) activado manualmente, similar al utilizado en la Fórmula 1. Durante la vuelta récord, DRS estuvo abierto por un total de 88.82 segundos, es decir, el 24.3 por ciento del tiempo de conducción.