A mediados del pasado mes de junio la casa de subastas RM Sotheby's anunciaba que en la Semana del Automóvil de Monterey iban a subastar uno de los cuatro Aston Martin DB5 originales que la firma de Gaydon fabricó en colaboración con EON Productions para protagonizar la película Goldfinger de James Bond.
Entonces se hablaba que esta unidad con el número de chasis DB5/2008/R y equipada con todos los dispositivos que lo hacían verdaderamente especial, podría venderse por entre 4 y 6 millones de dólares. Pero finalmente este ejemplar, que nunca apareció en la película aunque si que fue utilizado para publicitarla por medio mundo, ha encontrado un nuevo hogar por nada menos que por 6.385.000 dólares, que vienen a ser unos 5.760.000 euros al cambio actual.
Dicha cantidad es la más alta pagada por un deportivo usado por James Bond, pues ese honor lo tenía otro DB5 también usado en Goldfinger, que fue subastado en 2010 por 4,2 millones de dólares.
En perfecto estado de revista
Como ya apuntaban entonces, esta unidad, además de tener lo mencionados dispositivos funcionales, ha sido debidamente restaurado por los especialistas de Roos Enginneering en Suiza, en un proceso que ha llevado nada menos que cuatro años de trabajo artesanal.
Lo particular de este exclusivo DB5 es que está homologado para circular por la calle, algo que no pueden hacer las 28 réplicas que está fabricando ahora la firma de Gaydon y que te vende por un módico precio de 3 millones de euros sin impuestos la unidad.
Visto así, casi sale más barato hacerte con el original.
