Este año el artesanal departamento de personalización Porsche Exclusive ha celebrado sus 33 años de vida. Sin embargo, antes de su fundación, esta división de la firma de Zuffenhausen ya se encargaba de materializar algunos de los encargos más especiales, como el que hizo en el año 1983 Mansour Ojjeh, que encargó que le convirtieran un Porsche 935 para poder circular por la calle.
Sin embargo, Porsche Exclusive recibió el encargo más importante de su historia en 1989, porque entonces el jeque Abdul Aziz Khalifa Althani de la familia real de Qatar pidió a la firma alemana que le construyera nada menos que siete Porsche 959 para añadir a su extensa colección. Cada uno de ellos debía tener un color diferente al resto y contar con un interior a juego con el exterior.
Con piezas fabricadas en oro
Rechazar este encargo hubiera sido complicado y estúpido por parte de Porsche, pues no todos los días tenían oportunidad de vender siete 959 del tirón y supongo que al contado. Es por ello que se vieron 'obligados' a fabricarle al jeque sus juguetes en estricto secreto, pues no mucha gente sabía de este encargo.
En 2011 Porsche Exclusive celebraba sus 25 años de historia y obtuvo el permiso de su afortunado propietario para mostrar en el Museo Porsche uno de esos siete 959 personalizados. Concretamente era esta unidad en color dorado, un tono creado para la ocasión y que también se plasmaba en sus llantas, mientras que unas franjas en color marrón, beige y verde aparecen a la altura de la cintura del vehículo. Otro detalle único para este 959 son sus terminales de escape, chapados en oro.
El interior se tapiza en cuero teñido en los mismos tonos de su carrocería (incluidos los colores marrón, beige y verde plasmados en sus asientos), además de que luce molduras en madera y piezas fabricadas en oro, como el escudo de armas de la familia Sheikh que luce en el volante y en el pomo del cambio, también creado en madera haciendo juego con el pomo del freno de mano.