En 2009, visto el éxito que ya en ese momento tenía el Qashqai -llegado al mercado dos años antes- Nissan decide repetir la experiencia un escalón más abajo. Con un arriesgado diseño juvenil y deportivo, se lanzaba el Juke. Un modelo que durante sus primeros años de vida campó a sus anchas en un mercado donde no conocía rivales: en 2010 solo había dos representantes entre los crossover, en 2014 fueron siete; en 2015 diez rivales… Y así hasta llegar a los 24 contrincantes en el segmento B-SUV en 2018. En todos estos años el Juke ha sido primero del segmento durante cinco años; tercero otros dos años y en 2017 y 2018 acabó en cuarta y séptima posición.
Aunque sus cifras de ventas han sido siempre muy respetables -su récord en 2015 cuando fue tercero en el ránking rozó las 16.000 unidades- acabando con más de 12.600 coches vendidos en 2018, su último año completo; la realidad es que el Juke se había ganado a pulso una actualización profunda para volver a ser el que fue. Y aquí está esa actualización con la que Nissan pretende volver a ese lugar de privilegio que siempre corresponde a los pioneros.
Como buen pionero, el modelo japonés quiere volver a marcar el paso y decir a sus rivales cómo hay que hacer las cosas. En ello está. Porque Nissan, consciente de que tiene enfrente a rivales de la talla del Volkswagen T-Roc, Hyundai Kona, Kia Stonic, Seat Arona, Peugeot 2008, Citroën C3 Aircross, Ford Ecosport o Renault Captur… ha puesto toda la carne en el asador.
Crece de tamaño
Para empezar han estirado el nuevo Juke hasta alcanzar los 4,21 metros de longitud (7,5 centímetros más que el actual), xcon 2,9 centímetros más de anchura y 1,5 más alto. Pero en la batalla se han ganado nada menos que 10,5 centímetros lo que se traduce en 5,8 centímetros más de espacio para las rodillas y 1,1 centímetros más de altura en la zona de la cabeza de los pasajeros posteriores. Y sobre todo, en un maletero que crece hasta los 422 litros de capacidad y también mejora las dimensiones de la boca de carga desde los 354 litros de capacidad de la versión actual.
Esas mayores dimensiones que le pueden permitir ser considerado rival de algunos SUV del segmento C, no se traduce, sin embargo, en que opte por una imagen más aburrida o convencional. De hecho, mantiene la deportividad y espíritu juvenil en sus rasgos. Y pese a que se ve claramente que es diferente, también se reconoce, de inmediato, que es un Juke. Tal vez no tan arriesgado ni disruptivo como el primero. Pero igual de original. Y además con una capacidad de personalización muy elevada, concentrada sobre todo en la versión N-Design que le permite ofrece nada menos que 20 combinaciones diferentes gracias a la mezcla de 11 colores exteriores, tres colores de techo y tres estilos interiores.
Solo un motor
Si en el apartado estético han optado por la variedad; en el mecánico lo hacen justo al contrario. Solo se puede elegir un motor y dos tipos de cambio. Tal vez con eso se les evitan dudas a los consumidores, ahora mismo tan despistados entre los tipos de propulsores que 'se van a poder comprar y los que no'. Un único motor que, sin embargo, está muy bien elegido, pues se sitúa en un inteligente punto medio de la gama. Se trata del gasolina tricilíndrico 1.0 DIG-T con 117 caballos que conjuga un rendimiento notable y unas aptitudes dinámicas con bastante picante, con unos consumos ajustados que no lo alejan mucho de los que homologa un diésel. Y este motor se combina con un cambio manual de seis velocidades -con una palanca de recorridos cortos y precisos que nos ha gustado mucho- o uno automático de doble embrague y siete velocidades que brilla con este motor por suavidad -aunque en ocasiones necesitaría un poco más de rapidez en el cambio de marchas-. Y con esta caja automática vienen de serie las levas en el volante, ideales para una conducción más deportiva.
Volvemos a la variedad cuando nos fijamos en otra de las columnas en las que se basa el nuevo Juke: la tecnología de comunicación. El nuevo modelo es el Nissan más conectado de la historia gracias a un aluvión de dispositivos y sistemas de conexión para que estemos conectados a todas horas con nuestro coche. Incluye conexión para smartphones tanto en el coche como compatibilidad con Google Assistant, lo que permite enviar al Juke los destinos a los que queremos ir simplemente hablando a nuestro teléfono móvil o incluso a nuestro asistente Google Home en casa. Así, al llegar al coche y ponerlo en marcha saltará una pantalla donde se activará la ruta en nuestro navegador. Y más cosas, como un exclusivo equipo de sonido Bose Personal Plus, con ocho altavoces incluyendo dos integrados en los dos reposacabezas delanteros también se pueden disfrutar en el Juke. O la pantalla táctil flotante de ocho pulgadas donde se ofrece la información relativa a navegador, sistema de infoentretenimiento, climatización…
Y si hablamos de sistemas de seguridad y ayudas a la conducción, también hay 'derroche'. Con el sistema ProPilot como estrella de los sistemas de asistencia -mantiene al Juke automáticamente en su carril a una distancia constante y segura del coche de delante incluso en atascos a baja velocidad- brilla en sistemas de seguridad gracias a dispositivos como el sistema Anti-colisión frontal con reconocimiento de peatones y ciclistas, el Asistente inteligente de velocidad con reconocimiento de señales de tráfico, el Control inteligente de cambio de carril, la Alerta de tráfico trasero y el Control de ángulo muerto.
Divertido y ágil al máximo
Con todos estos elementos plantea Nissan la vuelta al trono del Juke. Y todos ellos los hemos puesto a prueba en un recorrido de más de 300 kilómetros por todo tipo de carreteras -con mucho tramo de montaña para comprobar la agilidad del coche- en la provincia de Barcelona. Entramos en el coche y nos acomodamos en unos asientos con respaldo de una sola pieza y reposacabezas integrado, con cierto aire de bacquet, que son iguales en toda la gama, desde la versión más básica. De notable alto por la comodidad y la sujeción de ofrecen. En la instrumentación todo está a mano y colocado con criterio. Una pantalla táctil flotante de ocho pulgadas muestra toda la información de los sistemas de comunicación, navegador, etc. Y bajo ella, los mandos de la climatización, con las clásicas ruedecillas, más cómodas de manejar para mi gusto. Solo un reproche, la tecla del warning aparece un poco escondida entre dos salidas de aire, en un lugar poco intuitivo. Hay un mueble central con la palanca de cambios, que nos parece un poco excesivo por tamaño. Pero la comodidad y ergonomía del conductor está bien conseguida.
Nos ponemos en marcha con un Juke con cambio manual. El Juke muestra gran agilidad y un punto picante y divertido desde el primer momento. El cambio es preciso y rápido, con una palanca de recorridos cortos; lo que influye en un comportamiento dinámico. La dirección es precisa y con la dureza justa. Y en cuanto a las suspensiones, el coche es cómodo aunque cuenta con unos amortiguadores tirando a firmes. Con sus 4,2 metros de longitud y un peso que se ha reducido 23 kilos respecto al anterior Juke, muestra mucha agilidad en curva y un buen empuje, aunque muestra cierta pereza en el modo ECO -dispone de tres modos que se seleccionan con una tecla detrás de la palanca de cambios: ECO, Standard y Sport-. Pero en modo Sport, el coche muestra mucho más carácter, endurece la dirección y añade diversión al volante.
Después cae en nuestras manos la versión de cambio automático de doble embrague DCT de siete velocidades. A las virtudes del Juke con cambio manual suma la comodidad del cambio automático, aderezado con el toque deportivo que le añaden las levas en el volante que ofrece de serie en todas las versiones con este tipo de cambio. Con este cambio se acentúa más el diferente carácter del Juke en cada modo de conducción. Pero donde realmente se disfrutará al máximo de cada kilómetro será en el modo Sport. El cambio es suave, aunque un poco lento de reacciones, lo que notamos sobre todo cuando atacamos curvas y queremos reducir para que el Juke salga, de nuevo, disparado.
Pero tras un recorrido que nos ha hecho disfrutar en cada una de las curvas del recorrido que nos lleva hasta la Basílica de Montserrat y luego de bajada nos devuelve a la zona del Penedés, el veredicto es más que positivo. El nuevo Nissan Juke ha sabido condensar de nuevo toda la sabiduría de un precursor para dar la batalla a un ejército de rivales dispuestos a no ponérselo fácil. El nuevo Juke, que fue rey, está listo para triunfar en este particular Juego de Tronos.