La firma germana ha aprovechado el Salón de Los Ángeles 2019 para presentar los Mercedes-AMG GLE 63 y 63 S, la versiones más radicales del SUV. Ambas vehículos, descendientes directos del ML 55 original, cuentan con 571 CV y 612 CV, respectivamente.
El corazón de estás bestias, un motor biturbo V8 de 4.0 litros que está asociado a un alternador de arranque EQ Boost, que entrega de forma puntual 16 kW (22 CV) de potencia y 250 Nm de par. Además, incorporan una transmisión TCT 9G, tracción total y amortiguación adaptativa.
De 0 a 100 km/h en 3,8 segundos
El nuevo GLE 63 cuenta con 571 CV y 750 Nm de par, mientras que la variante S se beneficia de 612 CV y 850 Nm de par, ayudados por una transmisión AMG SPEEDSHIFT TCT 9G y una tracción total 4MATIC+. Con ello, el modelo base puede pasar de 0 a 100 km/h en 4 segundos, mientras que la versión S lo consigue hacer en tan solo 3,8 segundos. Además, la velocidad máxima está marcada en los 250 km/h (limitada electrónicamente), aunque con el paquete AMG Driver opcional puede llegar hasta los 280 km/h.
En cuanto a su estética, la calandra del radiador específica de AMG con lamas verticales acentúa la pertenencia a esta familia. Destaca su faldón delantero de diseño Jet Wing pintado en el color del vehículo, en combinación con tomas de aire de color negro. El modelo básico viene de serie con llantas de aleación de 20 pulgadas, mientras que la verisón S cuenta con unas de 21 pulgadas.
En su interior llaman la atención sus asientos AMG en cuero napa, las insignias AMG, su iluminación ambiental, un volante específico con levas de cambio de aluminio, pedales deportivos de acero inoxidable o sus alfombrillas de color negro con distintivo AMG. Además, incorpora el último sistema de infoentretenimiento MBUX con pantallas duales, programas de conducción Dynamic Select, el paquete Energizing Plus opcional, el paquete Air-Balance y el paquete Driving Assistance.