Con un diseño más deportivo y estilizado, un interior más refinado y totalmente digitalizado y revolucionario que rompe con la habitual sobriedad, un espectacular despliegue de mecánicas respetuosas con el medio ambiente y la misma amplitud y calidad de pisada del Golf VII, la octava generación del compacto alemán pisa fuerte aprovechando además para ir acallando a todos aquellos que magnificaban sus mayores defectos. ¿Poco equipado un Golf? Volkswagen ha reconfigurado completamente la estrategia de equipamientos de su modelo estrella y ya desde la versión básica denominado ahora «Golf», el coche llevará de serie el aviso de salida de carril «Line Assist», el control de crucero adaptativo ACC, el sistema de vigilancia «Front Assist» con función de frenada de emergencia en ciudad y sistema de detección de peatones, Car2X (Comunicación local con otros vehículos y con la infraestructura de tráfico), instrumentación digital con pantalla de 8,25 pulgadas, servicios móviles online de «We Connect» y «We Connect Plus», volante multifunción, climatizador automático de una zona, acceso y arranque sin llave «Keyless Go», faros y pilotos traseros LED, llantas de aleación de 16 pulgadas o llamada de emergencia «e-Call», entre otros. Pero hay mucho más en cuanto a equipamiento se refiere que iremos viendo más adelante y que tiene mucho que ver con el mundo digital. Y es que si el Beetle democratizó la movilidad y el Golf I democratizó la tecnología, el Golf 8 ha democratizado la digitalización entendida como una manera fácil, sencilla e intuitiva de manejar el tablero de instrumentación de un nuevo Golf que tiene muchos más puntos en común en este sentido con el eléctrico de la marca, el iD.3, que con el Golf anterior. Por eso lo primero que sorprende al entrar en el 8, al menos en la versión probada con acabado Style, el tope de gama por debajo de un R-Line mucho más deportivo y curiosamente elegido por un 20 por ciento de los compradores españoles, es el despliegue de pantallas muy al estilo de modelos recientes de la competencia como el Mercedes Clase A. Desaparecen los botones porque todos los mandos son digitales y hápticos de serie, con un sistema inteligente de uso muy rápido e intuitivo. La pantalla tras el volante es de 10,25 pulgadas e incorpora el «Digital Cockpit» personalizable. Y la pantalla central, que de serie es de 8 pulgadas en el acabado «Golf», será de 10 en Life, Style y R-Line, conformando el denominado «Innovision Cockpit». Control deslizante central con solo pasar el dedo por la pantalla, control por voz muy intuitivo, teclado digital para un acceso directo a sistemas tan habituales como la climatización o el infotainment… es un Golf, pero parece un modelo de un segmento superior. Y tengo que reconocer que aunque requiere cierto periodo de adaptación, este sistema termina gustando y cumpliendo con nota su papel innovador.
A la última
El nuevo compacto alemán equipa los últimos sistemas de asistencia a la conducción bajo la denominación «IQ Drive», que entre otros incorpora el sistema Travel Assist, que permite la conducción semi autónoma con control de la dirección, acelerador y frenos prácticamente a cualquier velocidad, con una mínima intervención del conductor.
El cliente del nuevo Golf puede disfrutar de un alto nivel de personalización 2.0 y seleccionar ajustes como temperatura, luz ambiental o modos de conducción, entre otros, a través de la nube. Estos ajustes se cargarán para cualquier conductor que tenga un usuario ID de Volkswagen. Además, se puede utilizar el Smartphone como llave digital para que el coche pueda usarlo un familiar o amigo sin necesidad de tener la llave física.
El nuevo Golf mide 4.284 mm de longitud, 1.789 mm de anchura y 1.456 mm de altura, es decir que aunque los cambios no son radicales, hay que destacar que es 36 mm más largo, 36 mm más bajo y su distancia entre ejes ha aumentado en 16 mm. Sin embargo el espacio interior no cambia y tampoco la capacidad del maletero que se mantiene en 380 litros con un piso que se puede situar a dos alturas y unos formas muy regulares.
Tampoco cambia el comportamiento dinámico del coche que sigue siendo sensacional. El Golf VII ya redujo su peso en 100 kg con la nueva plataforma y en esta nueva generación, que por cierto mantiene el esquema de suspensiones, ya no se ha podido reducir más, por lo que en este sentido inercias y reglajes de muelles y amortiguadores no varían. Eso sí, los ingenieros de la marca aseguran que han realizado mejoras para aumentar el confort de rodadura (silentblocs y cojinetes hidráulicos revisados) y que han añadido un gestor de dinámica de marcha que añade un control más preciso del sistema DCC de suspensión adaptativa mejorando los modos de conducción de manera personalizada con un nuevo modo «Individual». Sin embargo y ante la irrepetible ocasión que Volkswagen nos brinda como es la de probar una tras otra todas las generaciones del Golf, nos bajamos de un Golf VII para hacer el mismo recorrido con el Golf 8 y tengo que reconocer que me cuesta apreciar las mejoras. Y me cuesta porque ambos modelos van de cine y el nuevo, en versión eTSI de 150 CV con DCC, ofrece un aplomo muy bien calibrado con una efectividad sobresaliente en curva, una pisada de coche más grande, un apoyo mantenido sin cabeceos ni subvirajes y un buen compromiso en carreteras bacheadas. Es decir que hablamos de un coche muy cómodo, muy eficaz y muy manejable, los mismos atributos que le otorgábamos al modelo que se vende en la actualidad. En cualquier caso cuando tengamos ocasión de probarlo más a fondo en nuestra pista o recorridos habituales podremos afinar un poco más el diagnóstico.
Primeras sensaciones
Probamos el Golf 8 1.5 eTSI de 150 CV siempre asociado al cambio DSG y el 1.5 TSI de 130 CV con cambio manual.El primero, dotado de tecnología Mild Hybrid de 48 voltios, es suave, silencioso y rotundo cuando se pisa el acelerador. Y en un recorrido mixto por Portugal de autopista a 130 km/h y carretera de montaña circulando ligerito y con tres personas, el consumo no supera los 7,0 l/100 km. El Golf Mild Hybrid cuenta con un generador de arranque de correa que se hace cargo también del papel de alternador y motor de arranque, pero al mismo tiempo funciona como un motor eléctrico pequeño y ligero que ayuda en las salidas desde parado aumentando el par. Este modelo, con cambio automático DSG y etiqueta ECO de la DGT, costará alrededor de 30.000 euros, es decir 2000 euros más que un 1.5 TSI de 150 CV sin sistema Mild Hybrid y cambio manual.
La gama de motores del nuevo Golf incluye propulsores de gasolina, gasoil, gas natural (GNC), Mild Hybrid e híbridos enchufables. Todos los motores de gasolina y diésel son de inyección directa con turbo. Y cuando se hayan lanzado todos los motores, las potencias oscilarán entre los 110 y los más de 300 CV. Por primera vez se utilizarán ocho versiones diferentes de propulsión en el Golf. Además, se ha desarrollado una eficiente caja de cambios manual de 6 marchas completamente nueva para los modelos de tracción delantera, con la que se han podido reducir aún mas los consumos del nuevo modelo. A partir de enero, el Golf 8 se puede configurar primero con cinco versiones:dos motores de gasolina (TSI con 130 y 150 CV), la nueva propulsión híbrida Mild Hybrid (eTSI con 150 CV) y dos motores diésel (TDI con 115 y 150 CV, este último con cambio DSG) que reducen su consumo un 17 por ciento respecto a los montados en el Golf VII. Esta primera entrega estará disponible a partir de unos 24.000 euros si se financia con la marca (descuento de 1.500 euros ya aplicado) un Golf TSI de 130 CV con cambio manual. Mientras que el Golf TSI de 150 CV con cambio manual costará unos 28.000 euros. Siete meses después, en septiembre, llegará el resto de modelos, incluido el modelo de acceso por potencia con un motor 1.0 de 110 CV y cambio manual que costará 22.900 euros financiando. Este mismo motor y el 1.5 TSI de 130 CV llegarán también con sistema Mild Hybrid de 48 voltios y cambio DSG. Pasado el verano también estarán disponibles dos Golf híbridos enchufables con 204, 245 CV y etiqueta Cero. El primero, bautizado Style PHEV, cuenta con una batería de 13 kWh (8,8 en el Golf VII GTE), y una autonomía en modo eléctrico de 60 km. El segundo, que se llamará GTE, contará con 50 km en eléctrico, siempre refiriéndonos al ciclo WLTP. Y por supuesto habrá tracción total y un Golf de gas GNC que adoptará como su primo el Seat León, por mucha más reserva de gas que de gasolina.