Hace años que a los cabrios y coupés les toca remar contracorriente. Desde que las marcas premium inventaron los coupés de cuatro puertas la fascinación que producían las carrocerías más deportivas ha comenzado a flaquear. Fue primero Mercedes con el CLS y pronto se sumaron a esta tendencia Audi con el A7 Sportback y BMW con el Serie 6 Gran Coupé (ahora sustituido por este espectacular Serie 8 Gran Coupé). Todos ellos tenían, y tienen un elemento común, son deportivos que pueden llegar a ser radicales; pero también elegantes, distinguidos y confortables. Es decir, se pueden utilizar cada día con absoluta comodidad; sin necesidad de hacer contorsionismos para entrar o salir de sus plazas traseras.
Y el nuevo Serie 8 Gran Coupé, que acabamos de probar en los alrededores de San Sebastián, en espectaculares parajes y carreteras de montaña, es buen ejemplo. Se trata de un coupé de cuatro puertas que deriva directamente de sus hermanos de dos puertas. Una imponente y elegante carrocería de más de cinco metros de longitud y 3 metros de distancia entre ejes que garantiza una gran amplitud en el habitáculo, sobre todo en unas plazas traseras que no tienen que envidiar -salvo en altura al techo- a las del BMW Serie 5 o Serie 7.
Para viajar a todo confort
Eso hace que en el interior del coche viajen a todo confort y a toda máquina cuatro ocupantes como en la mejor de las berlinas, sobre todo con el paquete que incluye una consola central en las plazas traseras y que da pie a poner unos asientos individuales atrás que garantizan máxima comodidad. El coche está homologado para cinco ocupantes, pero el de la plaza central trasera no disfruta ni de la mitad de comodidad que el resto y es una plaza para desplazamientos ocasionales. En el interior se respira un ambiente refinado y elegante, con toques de deportividad que no son en absoluto radicales.
Una consola central ampliada y exclusiva del Serie 8 Gran Coupé, con una pantalla central flotante es seña de identidad de un interior donde destaca la pantalla táctil central de 10,25 pulgadas o el panel de instrumentación digital de 12,3 pulgadas. En ellos se estrena el nuevo sistema operativo BMW 7.0 con funciones más orientadas hacia las necesidades del conductor.
Para mover este deportivo, en la marca alemana han optado por una gama con tres variantes en cuanto a motores: dos gasolina y un diésel. En gasolina, la versión de entrada es el 840i Gran Coupé con un motor de seis cilindros en línea y 340 caballos de potencia con tracción trasera. Con el mismo motor y tracción total está el 840i xDrive. Y por encima se sitúa el M850i xDrive, un V8 de 530 caballos, que con la preparación de M es la versión más radical de la gama y que cuenta con la tracción total permanente xDrive. En diesel se ofrece un seis cilindros en línea para el 840d, también con tracción total xDrive y con 320 caballos bajo el capó que permiten unas excelentes prestaciones y un gasto de solo 6,2 l/100 km en el consumo combinado.
Con cambio de ocho velocidades
Todos ellos están gestionados por el cambio automático Steptronic Sport de 8 velocidades. Combinado con la tracción integral o con el diferencial M Sport, que es de serie en el 840i de tracción trasera y también en el M850i garantizan una conducción de deportivo clásico. Y a eso suman, para obtener el mejor rendimiento, un gran trabajo aerodinámico y también la búsqueda de la máxima ligereza, que da como resultado un peso total del coche que es solo 70 kilos superior al de la versión coupé, pese a su mayor tamaño y el mayor número de elementos de este.
Suspensión adaptativa M con amortiguadores controlados electrónicamente, dirección activa integral, de serie en todas las versiones con tracción integral y opcionalmente en el BMW 840i Gran Coupé, estabilización activa antibalanceo incluida en la opcional suspensión adaptativa M Professional o un sistema de frenos que equipa pinzas delanteras fijas con cuatro pistones y pinzas traseras flotantes mono-pistón son elementos que rematan el comportamiento que se espera de un deportivo de este tipo.
Durante la presentación hemos podido probar la versión diésel que con sus 320 caballos y su gran eficiencia ofrece una combinación ideal entre prestaciones, rendimiento y consumo. El Serie 8 Gran Coupé se mueve con gran agilidad y con un empuje permanente gracias a este moto con un par que está disponible desde solo 1.750 revoluciones, pese a los más de cinco metros que mide y los 2.000 kilos que pesa. Por su tamaño no es casa muy bien con las estrechas carreteras por las que nos movemos y está más indicado para carreteras y autovías de buen firme, donde demuestra que es un rodador incansable y solventa adelantamientos en un abrir y cerrar de ojos.
Queda un último detalle que puede inclinar la balanza hacia él frente a sus hermanos Coupé y Cabrio: el precio. Evidentemente no es un coche barato; pero es una sorpresa muy agradable que esta sea la versión más económica de la gama. Sus precios oscilan entre los 101.900 euros del 840i y los 137.900 del M850i xDrive. Eso significa alrededor de 5.000 euros menos que el Coupé y unos 13.000 euros menos que el Cabrio.
Para mí no hay duda; salvo que seas un apasionado de los deportivos más radicales en cuanto a su carrocería, con este Gran Coupé lo tendrás todo para viajar en deportivo como un señor.