El nuevo Bentley Flying Spur es una de las mejores creaciones que ha lanzado la marca recientemente y, según ha asegurado el fabricante británico, cuenta con el interior más complejo que jamás se haya diseñado. Cada unidad cuenta con 350 piezas de cuero únicas que adornan 60 componentes, que constituyen la mayoría de las superficies interiores del sedán. Para poder crear esta obra de arte se utilizan más de tres kilómetros de hilo.
Un trabajo para 141 artesanos
Cada Flying Spur pasa por las manos de 141 artesanos de Bentley, que han pasado un mínimo de cinco meses de entrenamiento bajo los llamados Master Trainers de la firma británica. Con ello, los artesanos aprenden la amplia gama de técnicas necesarias para diseñar los interiores con los más altos estándares.
El cuero utilizado en el Flying Spur se obtiene de forma sostenible de toros del norte de Europa, como subproductos de la industria cárnica. Los clientes pueden escoger entre 14 colores de cuero interior, que pueden complementarse con una selección de 23 colores diferentes de hilo de contraste.
El protagonista de su interior es el volante. Cuenta con cinco metros de hilo que se coloca a través de 352 agujeros de costura para crear 168 puntadas cruzadas distintivas. Para coser un solo volante se necesitan tres horas y media. Del mismo modo, los asientos del sedán de lujo requieren no menos de 12 horas de trabajo para ensamblarse a mano e incluyen 5.103 puntos individuales.