Los primeros híbridos de Fiat recurren a un nuevo motor de un litro, tres cilindros y 70 CV de la nueva familia Firefly, apoyado por un motor eléctrico de 3,6 kW (4,9 CV) y una batería de litio de 0,13 kWh. Este propulsor de diseño global pesa sólo 77 kilos, tiene bloque de aluminio, culata de 6 válvulas -dos por cilindro- y un único árbol de levas con variador de fase continuo y distribución por cadena. Además, la fricción se reduce de manera notable. En comparación con el propulsor 1.2 Fire de 69 CV, la nueva motorización con el sistema Mild Hybrid reduce el consumo, y por lo tanto las emisiones de CO2 -un 20 por ciento de media en el 500 y hasta un 30 por ciento en el Panda Cross-, sin perjudicar las prestaciones.
Como ya ocurre en otros sistemas similares, el sistema de hibridación ligera de Fiat recupera energía durante el frenado y la deceleración, la almacena en la batería de litio y la utiliza para volver a arrancar el motor de combustión interna cuando actúa el modo Stop&Start de parada y arranque en detenciones, aunque también pone su granito de arena para proporcionar asistencia durante la aceleración. En concreto, entre 15 y 20 Nm más de par entre 1.000 y 3.000 rpm, la franja de funcionamiento más habitual del motor eléctrico. Un empuje extra que se aprecia cuando se pisa el acelerador y compensa en parte la ausencia de Turbo.
Pero una de las funciones más interesantes de los nuevos híbridos de Fiat, y que funciona de maravilla, es que esta tecnología permite que el motor de gasolina se apague no solo al detenerse el vehículo y activarse el Stop/Start, sino incluso en marcha por debajo de los 30 km/h, simplemente seleccionando punto muerto y siempre que se retire el pie del embrague. En el modo de 'navegación', cuando el coche se mueve por debajo de 30 km/h con el motor apagado, la batería de litio alimenta todos los periféricos, asegurando que el conductor mantenga el control total del vehículo, entre otras cosas con asistencia eléctrica en la dirección. Así que el consumo podrá bajar en mayor o menor medida en función de lo rápido que se le coja el tranquillo a las inercias del coche con la velocidad, y reconozcamos con anticipación si llegamos en punto muerto y a menos de 30 km/h al semáforo que se acaba de poner en rojo 100 metros más adelante, a la retención o al cruce. De hecho, en un recorrido urbano con una sola persona a bordo y a una velocidad media de 20 km/h, un 500 Hybrid nos ha consumido 6,4 l/100 km -6,0 l/100 km de media en ciudad según el ciclo WLTP-, una cifra que contrasta con los 8,0 l/100 km en ciudad del 500 1.2 de 69 CV con cambio automático Dualogic.
Con precios muy competitivos
Los híbridos de Fiat no son más caros que sus equivalentes sin sistema Mild Hybrid. De hecho, un Fiat 500 Lounge 1.2 de 69 CV con cambio automático cuesta 17.300 euros, 450 euros más que el 500 Lounge 1.0 GSE de 70 CV Hybrid. Y si aplicamos todos los descuentos, los híbridos de Fiat parten de los 12.320 euros del Panda Launch Edition.
