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Opel lleva más de 50 años pensando en eléctrico

Todas las marcas de automóviles están incrementando exponencialmente su gama de vehículos electrificados. Y como no podía ser menos, Opel es una de ellas.

En los últimos meses la gama ha crecido con la llegada de sus nuevos Opel Grandland X PHEV y Opel Corsa-e. Sin embargo la relación que la firma alemana tiene con el mundo de la electrificación se remonta más de 50 años en el tiempo. Concretamente al año 1968, cuando ya coquetearon con una tecnología que revolucionaría el mercado mucho tiempo después con el Opel Ampera.

Todo comienza en 1968

Y es que en el año 1968 desarrollan el Opel Kadett B Stir-Lec 1, que ya empleaba una mecánica de autonomía extendida, pues en su interior habían colocado 14 baterías de ácido de plomo, que se mantenían cargadas gracias a la energía producida por un motor de combustión Stirling colocado en la parte posterior del vehículo.

Motor16

Unos pocos años después, en 1971, presentaron el sorprendente Opel Electro GT, con el que Georg von Opel, nieto del fundador de la compañía consiguió nada menos que seis récord mundiales con un vehículo eléctrico.

Y es que este deportivo impulsado por dos motores eléctricos capaces de generar 120 CV de potencia era capaz de alcanzar una velocidad máxima de 188 km/h. Ahora bien, las baterías de níquel-cadmio el proporcionaban una autonomía de apenas 44 kilómetros a una velocidad constante de 100 km/h.

Nace el proyecto Impuls

A lo largo de los años, Opel continúo desarrollando vehículos electrificados hasta que arrancó el programa Opel Impuls, que estuvo activo entre 1990 y 1997. En ese tiempo aparecieron los Impuls I, Impuls II e Impuls III.

El primero de ellos nacía desde la base de un Opel Kadett y tenía un motor de corriente continua de 16 kW, algo menos de 22 CV, alimentado por una batería de níquel-cadmio que le proporcionaba una autonomía de unos 80 kilómetros y le permitía alcanzar una velocidad de 100 km/h.

Un año más tarde llegó el Impuls II ya sobre la base de un Astra Caravan, el cual escondía 32 baterías de plomo-ácido y dos motores asíncronos trifásicos que proporcionaban unos 45 kW, el equivalente a 61 CV.

Pero fue entre 1993 y 1997 cuando la casa alemana protagonizó una prueba importante de sus eléctricos en la isla alemana de Rügen, donde llevó diez unidades de Impuls III, las cuales recorrieron más de 300.000 kilómetros. Cinco de ellos tenían baterías de níquel-cadmio y otras cinco con baterías de sodio-cloruro de níquel. Todas tenían un motor trifásico que proporcionaba 45 y 42 kW respectivamente (61 y 57 CV de potencia).

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En ese periodo se desvelaron prototipos como el Opel Twin de 1992, que combinaba un motor de gasolina de tres cilindros y 0,8 litros, además de dos motores eléctricos ubicados en las ruedas. En 1995 la tecnología eléctrica se trasladó a los comerciales con el Combo Plus, un furgón con baterías de sodio-cloruro de níquel y un motor trífásico de 45 kW (61 CV). Vamos la tecnología de los Impuls III.

Coquetearon con el hidrógeno

A finales del Siglo XXI Opel comienza a experimentar con la pila de combustible alimentada por hidrógeno. Este proyecto arranca con el Opel Zafira HydroGen1, del que van evolucionando hasta llegar al HydroGen3, del que en 2001 ya tenían una flota de 20 vehículos rodando por medio mundo.

Al mismo tiempo Opel no abandona las baterías y en el Salon de Frankfurt de 2007 presenta el prototipo Flextreme, mientras que en el Salón de Ginebra de 2010 sorprende con el prototipo Flextreme GT/E.

Pero no es hasta 2011 cuando la propulsión eléctrica llega a la producción en serie con el Opel Ampera, cuya mecánica de autonomía extendida le permitía recorrer entre 40 y 80 kilómetros gracias a su batería de iones de litio con 16 kWh de capacidad. Cuando se agotaba, un motor de gasolina funcionaba como generador para llevarte al fin del mundo.

El Opel Ampera-e (como sabrás es el hermano gemelo del Chevrolet Bolt) aparece en 2016 como un utilitario eléctrico puro capaz de ofrecer hasta 423 kilómetros de autonomía en ciclo WLTP. Pero además tiene el privilegio de ofrecer sensacionales prestaciones gracias a que su motor es capaz de proporcionar 150 kW de potencia, el equivalente a unos 204 CV.

Ahora le ha llegado la hora al Opel Corsa-e, que convivirá con el mencionado Ampera-e, pues este estará en activo hasta finales del año que viene. Pero además, el interesante Opel Grandland X PHEV, permite disponer de un eficiente eléctrico para uso diario, que no teme a los largos desplazamientos por carretera.