Para la compañía británica, diseñar sus pantallas, tanto la central como el cuadro de instrumentación digital, para que tuvieran la misma presencia, elegancia y sensación de lujo que se conseguía con los elementos hechos a mano en madera y metal moldeado, era una tarea sumamente importante. Esto llevó Graeme Smith y a su equipo de diseño multitud de horas de trabajo, ya que diseñar y construir, tanto la pantalla central como el cuadro de instrumentos digital, de manera que envejeciera igual de bien que sus coches resultó ser un quebradero de cabeza.
Y es que, como bien decía Smith, un Bentley no es un smartphone que se vaya a utilizar dos, tres o cinco años, un Bentley se utilizará durante décadas e incluso muchos pasan de padre a hijo, por tanto, este detalle que puede parecer insignificante puede marcar la diferencia. Si nos fijamos en vehículos con cuadros de instrumentos digitales de hace unos años, muchos de ellos se ven obsoletos en un grado muchísimo mayor de lo que lo hace el coche en sí, este es el objetivo que persigue la compañía británica y que quiere cambiar.
Continental GT y Flying Spur
Para ello se mezclan elementos clásicos con los modernos, por ejemplo, aún montan agujas físicas en los relojes para que el modo de determinar velocidad y revoluciones, siga permaneciendo tradicional. Ahora bien, los dos nuevos modelos de la firma; el Continental GT y el Flying Spur, cuentan con la misma instrumentación tras el volante, pero encontramos diferencias entre ambos. Mientras que en el lujoso sedán vemos unos aros en bronce alrededor de los cuenta vueltas, en el deportivo encontramos un efecto 3D en cuentarrevoluciones y velocímetro.
Otro de los detalles que montan estos cuadros de instrumentos digitales es un modo noche. Bentley considera que los usuarios deberían tener un periodo de desintoxicación de las pantallas y por ello emplea este modo. De esta manera solo se mostrará información realmente relevante como temperatura exterior, hora, temperatura del motor y nivel de combustible. Incluso el velocímetro y el cuentarrevoluciones permanecen oscuros, excepto por una tenue luz que rodea las agujas y que permite ver lo justo.