Para encontrar el primer concept-car en su historia hay que remontarse a 1984, año en el que se presentó el Peugeot Quasar. Con este vehículo, los ingenieros y diseñadores tuvieron «barra libre» para crear un objeto fantástico sin tener que atender a limitaciones industriales. Con un diseño de carrocería firmado por Gérard Welter, basado en un croquis de Eric Berthet, la base del chasis viene del mítico 205 Turbo 16, al igual que su motor, con una potencia que llegó a los 600 CV.
Los siguiente concept-cars en ver la luz estuvieron relacionados con el mundo de los deportes del motor, una de las grandes pasiones de Gérard Welter. Uno de ellos fue el Peugeot Proxima, presentado en el «Festival of Speed» de Goodwood, con un motor V6 bi-turbo de 680 CV. Por su parte, con una motorización similar, el Peugeot Oxya llegó a los 350 km/h en el anillo de velocidad de Nardo en 1988.
En 2010, se presentó el concept Peugeot SR1, un vehículo que marcó el punto de partida de la nueva Dirección de Estilo de la marca, con el nombramiento de Guilles Vidal. Dos años más tarde, el Peugeot Onyx fue el primer manifiesto de la marca, con la exploración de materiales brutos, como el cobre, o la nueva posición del emblema del león, ubicado en el centro de la calandra.
El proceso creativo
Para construir estos concept-cars, los diseñadores buscan tendencias en campos muy diversos, como la arquitectura, la moda, el arte o las nuevas formas de movilidad. Esta exploración aporta elementos para el diseño, además de orientar las investigaciones en apartados como colores y materiales o grafismos.
Cuando se redacta el pliego de condiciones (mood board), la Dirección de Diseño de Peugeot lanza un concurso de ideas en el que participan todos los diseñadores. Una vez decididas las propuestas finalistas, se realizan modelos digitales y se realizan maquetas a tamaño natural para comprobar los volúmenes y el equilibrio general. Tras un largo tiempo de deliberación, se aprueba el proyecto que mejor responda al pliego de condiciones inicial, construyendo una nueva maqueta a tamaño natural, con mayor detalle.
Tras este proceso, el proyecto se confía a empresas punteras en modelización, maquetas y fabricación de piezas únicas. Cumplir con los plazos es uno de los grandes retos en la construcción de estos concept-cars. En muchas ocasiones, está pensado para estar presente en un gran evento, como un salón del automóvil, por lo que no puede entregarse con retraso.
La creación de concept-cars también dan la oportunidad de asociarse con pymes o artesanos. Por ejemplo, en el Exalt, se creó una fragancia a la medida con los perfumistas de EX-Nihilo. En el e-Legend, las ebanisterías interiores, realizadas en madera de nogal de Nueva Guinea, fueron trabajadas por el ebanista Hervert Manufacturier. Además, se ha colaborado con multinacionales, como con Samsung en el Instinct o con Focal, en el Foodtruckt y el Fractal.
