En 2006, Sergio Marchionne autorizó la producción en serie del concept car de Alfa Romeo que deslumbró en el Salón del Automóvil de Frankfurt 2003. Después de un trabajo de tan solo ocho meses, el Centro Stile Alfa Romeo de Wolfgang Egger redefinieron el diseño original. Tras su exitosa presentación, en el Salón del Automóvil de París, se recibieron 1400 pedidos del 8C en pocas semanas.
El nombre del 8C Competizione tiene su historia: «8C» se refiere a los coches de ocho cilindros diseñados por Vittorio Jano; por su parte, «Competizione» era el nombre del 6C 2500 que Juan Manuel Fangio pilotó en la Mille Miglia de 1950.
Para su producción se tomaron técnicas importantes para la marca desde siempre, como la ligereza mejorada por el bastidor «dual frame» o por el uso de aluminio, titanio, carbono y materiales compuestos. Además, contaba con un excelente equilibrio de pesos y una precisión en la conducción mejorada. Todas estas características del 8C se complementaban con su potente motor, un V8 de 4,7 litros y 450 CV, asociado a una tracción trasera.
Una obra de arte
Descrito por el presentador de Top Gear en la BBC como «el coche más bonito jamás construido», su amplio capó parece morder el asfalto, mientras que perfil es suave y sinuoso. Se hacen referencias a la historia de la marca como sus «ojos» derivados del 33 Stradale; la zaga recuerda a la del Giulietta SZ del 61; los pilotos traseros son un homenaje al Giulia TZ.
Otro aspecto inconfundible es la vista frontal del coche. Rápidamente se reconoce el escudo central y las dos tomas de aire horizontales a cada lado, una combinación que recibe el nombre de «trilobulado» y nació en los años treinta.
El 8C Competizione se convirtió en una referencia para modelos que llegaron más tarde, incluso para modelos de grandes serie como MiTo y Giulietta, así como su hermano menor, el 4C, un superdeportivo compacto y con altas dosis de tecnología.