A no ser que seas un fiel seguidor de la historia del Grenadier en los últimos años, seguramente no te suene ni el nombre de la marca que lo fabrica: Ineos. Esto se debe a que no es siquiera un fabricante de coches, es una compañía de productos químicos, la más grande del mundo, con sede en el Reino Unido. Su fundador Jim Ratcliffe, se vio sorprendido y a la vez inspirado por la noticia de que Land Rover iba a terminar con tantos años de tradición en el Defender para hacer uno nuevo, con un diseño más moderno. Esto hizo que apostaran por hacer ellos un coche que, en cierta manera, tomase el relevo del clásico todoterreno británico.
Inspirándose en un clásico
Visualmente las similitudes entre ambos son más que claras. El Ineos cuenta con un diseño cuadrado con unas luces redondas en el frontal que se acompañan de otras dos más pequeñas que se sitúan en la parrilla, como en el Defender original. También cuenta con parachoques prominentes, una rueda de repuesto en el portón del maletero, luces traseras circulares y una pequeña escalera para acceder al techo.
Por el momento Ineos no ha terminado el interior, pero está previsto que utilicen muchas piezas de BMW. Y hablando de BMW, lo que se esconde bajo el capó es precisamente también de esta marca germana, ya que esconde un motor de seis cilindros 3.0 turbo que se empareja a una caja de cambios ZF de ocho velocidades. Eso sí, Ineos ha confirmado que le aplicarán al motor sus propios cambios, con lo que las prestaciones y cifras no serán las mismas que se serie.
Al tratarse de un coche fabricado por una compañía sin experiencia previa en ello, se esperaría que tuviera un precio elevado y una cantidad de unidades limitada. Sin embargo, Ineos ha fijado su precio en torno a los 30.000 dólares, lo cual lo convertiría en rival del Jeep Wranglery lo situaría 20.000 dólares por debajo del nuevo Defender.
