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La suerte revienta a Carlos Sainz mientras respeta a Lewis Hamilton

«Si nos fijamos en los equipos y sus éxitos, se aprecia que se logran menos cosas cuando se dan las cosas por sentado. En este momento tenemos un equipo fuerte, todos tenemos el mismo objetivo y queremos permanecer juntos. Eso, por supuesto, no es garantía para el futuro y no creo que hagamos muchos nuevos amigos con todo lo que estamos haciendo, esta es otra pelea que tenemos que pelear. Pero al menos esto es mejor que todos sientan pena por ti». Toto Wolff reflexionaba en Silverstone sobre el aplastante dominio de Mercedes en la Fórmula 1, que no solo mengua esta temporada, sino que adquiría otra nueva dimensión en el Gran Premio de Inglaterra. A pesar de su sorprendente y rocambolesco desenlace.

Hamilton y Bottas se disputaron solos y entre sí la pole en la primera carrera de Silverstone. El británico lograba la 91 de su trayectoria deportiva. A este ritmo, puede alcanzar las cien en 2020, un logro absolutamente sideral en la Fórmula 1. El equipo alemán ha logrado las cuatro disputadas hasta el momento, y las correspondientes victorias. Max Verstappen terminó a más de un segundo el sábado. Ferrari ni aparecía este año en sus proximidades. Tan solo el inesperado reventón del finlandés a pocas vueltas del final impidió otro nuevo doblete alemán. Hamilton incluso protagonizaba la insólita imagen de rodar casi media vuelta con su neumático pinchado que no evitaba su tercera victoria de la temporada. Cierto es que Verstappen había parado para cambiar neumáticos y buscar la vuelta rápida en los compases finales de la prueba. Pero era tal el margen acumulado por el británico durante la prueba que aún así tuvo colchón para llegar victorioso hasta la meta.

Motor16

El mérito de gestión y organizativo de Mercedes es incuestionable. Durante estos últimos años la tensión competitiva liderada por el propio Wolff ha elevado su rendimiento y funcionamiento a niveles insoportables para sus rivales. Tanto es así, que en Silverstone Ferrari y Red Bull daban un paso atrás respecto a 2019 en una especie de pasada de rosca técnica. El equipo austríaco, al perder la brújula aerodinámica en sus esfuerzos por optimizar el RB16, tocando techo con su filosofía aerodinámica, radicalmente diferente a la de Mercedes, que parece disfrutar todavía de margen de progresión. Los responsables de Honda reconocían en Silverstone incluso con admiración la ganancia de potencia del propulsor alemán en 2020. Lo opuesto a Ferrari, lastrado por un motor desinflado que arrastra tras su pérdida de potencia a una concepción aerodinámica ahora ineficiente con 50 cv menos. No extrañaba que John Elkann, presidente del Grupo Fiat y Ferrari, descargara de presión al equipo italiano hasta 2022. Nadie puede con Mercedes hasta entonces. En Silverstone esta realidad se visualizó dramáticamente.

Red Bull y Ferrari lo toman como una victoria

Por todo ello, el segundo puesto de Max Verstappen y el tercero de Charles Leclerc se consideraban victorias en ambos campos. El RB16 es monoplaza de inconstante y desconcertante rendimiento aerodinámico, y no parece que Red Bull cuente con margen suficiente en 2020 para alcanzar a Mercedes. Qué hubiera sucedido si el piloto holandés no hubiera entrado en boxes a pocas vueltas del final. Quizás Red Bull contara con una victoria, pero solo con el permiso forzado de Mercedes. «Estoy muy contento con el tercer puesto, aunque obviamente hemos tenido mucha suerte, pero incluso con la cuarta posición hubiera estado contento por cómo gestionamos la carrera. Demuestra que no queremos luchar por el cuarto puesto, pero por el momento así están las cosas». Las palabras de Charles Leclerc al terminar la carrera británica delataban la resignación en Ferrari ante su situación en 2020. Tras la desastrosa simulación del viernes, pocos en el equipo italiano hubieran firmado semejante resultado. Por detrás y muy lejos, Sebastian Vettel firmó una de las peores y mas desconcertantes actuaciones de su trayectoria en el equipo italiano.

En la intensa pugna de la clase media formada por Racing Point, Renault, Ferrari y McLaren, Carlos Sainz tuvo la victoria al alcance de la mano a de vuelta y media para terminar la prueba. El español cayó el sábado nuevamente con Norris, pero en carrera volvió a confirmar su extraordinaria solidez. Más cómodo con la evolución del MCL35 frente a las tres carreras anteriores, acumuló todos los objetivos posibles en la prueba: superar a Lando Norris desde la primera vuelta, al Racing Point (inalcanzable en entrenamientos) de Stroll, y mantener a la estela al Renault de Ricciardo, superior en carrera al MCL35. Tras dedicarse a gestionar sus neumáticos hasta la meta, tan solo tenía que empujar la pelota a la red. Sin embargo, un inesperado reventón hacía perder al español un magnífico resultado por factores ajenos a su pilotaje por tercera vez consecutiva. En Silverstone, la cuarta posición, el mejor botín hasta el momento de la temporada.

«En general, la suerte no ha estado conmigo en las tres o cuatro primeras carreras, y hoy me ha costado muchos puntos. Doce puntos son muchos en la Fórmula 1 actual», lamentaba Sainz en uno de sus trazados favoritos. Estoy decepcionado, no puedo mentir, pero a la vez todo se hizo correctamente, no puedo ser duro con el equipo ni conmigo». Así empezó también la pasada temporada. Como en 2019, Carlos Sainz tendrá que ganar el pulso a la fortuna. En Silverstone, lo tenía todo demostrado hasta que volvió a cebarse con el madrileño. Al final, el español consiguió el pasado año torcer el brazo a «Mother Luck»