El Skoda Kamiq es una de las opciones más equilibradas y prácticas que podemos encontrar en el competido segmento B-SUV, ahora tan de moda. Y en su amplia gama de motorizaciones encontramos una eficiente y limpia variante alimentada por gas natural comprimido (GNC) que conquista, además, la etiqueta medioambiental ECO, con los consiguientes beneficios económicos y de movilidad en la gran ciudad.
El Kamiq 1.0 TGI parte desde un bloque tricilíndrico de 90 CV de potencia que puede funcionar indistintamente con gas o con gasolina. Por eso se han revisado algunos de sus componentes internos, entre ellos la inyección, la unidad de control o las válvulas.
El vehículo arrancará con gasolina si la temperatura exterior baja de los -10º y también después de repostar, ya que el sistema analiza unos segundos la calidad del gas introducido. Son sólo unos instantes. Por lo tanto, el gas siempre impulsará el vehículo, sin posibilidad de que el conductor pueda cambiar a gasolina.
630 kilómetros de autonomía
El GNC se almacena en tres tanques de acero -dos situados debajo del maletero y uno más bajo el asiento trasero- que ofrecen una capacidad conjunta de 13,8 kilos, suficientes para recorrer 410 kilómetros. Cuando se agota el gas, automáticamente pasa a gasolina, de una manera tan suave y refinada que resulta imperceptible desde el interior. Los 9 litros del depósito de gasolina realizan una función de reserva cuando se acaba el gas, y completan una autonomía total de 630 kilómetros según el ciclo WLTP.
La gestión del cambio recae sobre una caja manual de seis relaciones, capaz de sacar todo el rendimiento a una versión que firma unas prestaciones correctas, como demuestran esos 176 km/h de velocidad punta o los 12,5 segundos para alcanzar 100 km/h.
Y dinámicamente, el Kamiq 1.0 G-TEC es un vehículo muy confortable, con un gran filtrado de la suspensión y un agradable tacto general.
El interior del modelo checo destaca por su gran habitabilidad y multidud de funciones prácticas que nos hacen la vida más fácil en el día a día, como huecos para guardar objetos, portatickets, ubicaciones para el paraguas o el rascador de hielo… La presentación general es tan consistente como ergonómica. Transmite calidad y se rodea de tecnología, pues contempla elementos como un cuadro de mandos digital Virtual Cockpit de 10,2 pulgadas configurable, una pantalla táctil de 8 pulgadas en el salpicadeo o el cargador inalámbrico para el smartphone.
Las plazas traseras son de las más generosas que podemos encontrar en el segmento B-SUV, con un espacio para las piernas realmente amplio. El maletero pierde capacidad debido a la ubicación de los tanques de gas, ofreciendo 278 litros, y 1.273 si abatimos el respaldo posterior 60:40.
Otro punto descatable es su dotación en materia de seguridad y ayudas de conducción, y para muestra un botón: control de ángulos muertos, freno multicolisión, protección proactiva de ocupantes, frenada autónoma de emergencia Front Assist, aviso de cambio de carril y mantenimiento de trayectoria, control de crucero adaptativo, asistente de luces de carretera, alerta de tráfico en la zaga, aparcamiento automatizado… Y también es generosa su dotación en cuestión de confort y conectividad.
Repostaje dos en uno
Al abrir la trampilla lateral, el Kamiq 1.0 G-TEC nos recibe con dos boquillas: la tradicional para repostar gasolina -admite 9 litros- y una más sofisticada, dotada de una válvula de seguridad de alta presión, para inyectar el gas natural comprimido. En este caso hay que introducir correctamente la manguera del surtidor y bloquearla. Sencillo, y si no lo hiciésemos adecuadamente no nos permitirá repostar. Si todo es correcto comenzará la carga, y sin necesidad de tener que mantener pulsado un mando, como sí pasa con el GLP. Por suerte, las estaciones de servicio que tienen GNC siguen creciendo por todo el territorio nacional.