Los primeros compases a bordo del nuevo Land Rover Defender no se olvidan fácilmente porque uno parece ir sentado en un tanque de lujo que transmite una clara sensación de superioridad, de modelo invencible. Incluso más que la que transmite cualquier Range Rover. Y francamente no era fácil compatibilizar lujo con las mejores capacidades «off road» y con durabilidad. Pero ya desde fuera la impresión es la de ir a entrar en una fortaleza rodante, y dentro nos damos cuenta enseguida de que Land Rover ha tirado la casa por la ventana en su nuevo icono poniendo a disposición de su propietario toda la tecnología disponible para que nada ni nadie le detenga, una manera de afianzar el trono frente a modelos como el Mercedes G o el Jeep Wrangler, y también de demostrar que la larga espera (el primer concept de este modelo es de 2011) ha valido la pena .
El interior del nuevo todoterreno británico (aunque construido en Eslovaquia), es una delicia por la disposición de los elementos, su diseño minimalista, la comodidad general, la amplitud y la practicidad. Huecos y más huecos por todas partes para dejar desde un móvil a una tablet pasando por llaves, botellas, juguetes… Y enchufes, tomas USB, tomas de corriente. Apenas hay túnel central en el piso trasero y todas las plazas sin excepción son tamaño XXL. No en vano el Defender 110 mide 4.758 mm, y su distancia entre ejes supera los tres metros (2,89 un Mercedes G). Pero estas cifras llevan aparejado irremediablemente un mayor peso. Nuestra unidad en concreto pesa 2.323 kg, eso sí, 128 kg menos que el modelo de la estrella equivalente, y la sensación inicial es la de que va a costar arrastrar esos kilitos. Sin embargo a medida que se recorren kilómetros esa sensación va desapareciendo porque el Defender 110 con motor turbodiésel de 240 CV se mueve con la solvencia de un todoterreno menos pesado o más potente, incluso cuando llegan curvas y se defiende como gato panza arriba con mucho menor balanceo del esperado, al menos con la suspensión neumática de nuestra unidad. El cambio automático, de convertidor de par, es rápido y aprovecha bien los recursos del 4 cilindros, aunque sería perfecto si llevara levas en el volante. El coche está bien insonorizado y el motor apenas se percibe, sin embargo hemos detectado ruidos aerodinámicos que afean un poco el refinamiento general.
Como es lógico los consumos no son bajos. Circulando a 90 km/h es la única manera de bajar de 9 l/100 km. Y a 120 km/h el gasto se eleva casi a 10 l/100 km. En carretera de montaña o haciendo todoterreno radical (no solo caminos) la media se eleva hasta los 14 l/100 km sin ningún tipo de problema. Y hablando de caminos, rotos y negociados a buena velocidad, sorprende y mucho la respuesta de la amortiguación que se come los baches sin despeinarse otorgando al pasaje una comodidad de lujo. La lista de recursos de cara a meterse en harina por el campo es interminable y más, como es el caso, si lleva neumáticos todoterreno (los ha hecho GoodYear a medida para este modelo y permiten alcanzar su velocidad máxima normal) y tras someterlo a una prueba en situación límite podemos asegurar que estamos ante un Defender de pura raza. No esperábamos menos.
Defender 90. Desde 55.000 euros
El Land Rover Defender 90 de tres puertas llegará a España a finales de año aunque ya se conoce la gama completa. El modelo de acceso, el 2.0 SD4 200 AWD Auto, costará 54.980 euros convirtiendose así en el Defender más económico que se puede comprar con un precio que supone gastar 6.500 euros menos que el Defender 110 largo más barato. El interior del 90 podrá llevar una configuración de asientos con 5 o 6 plazas. Y la gama (muy parecida a la del 110) comprenderá 19 versiones fruto de combinar 7 acabados y 4 motorizaciones, incluidas dos diesel de 4 cilindros con 200 y 240 CV y dos de gasolina, con 300 y 400 CV. Esta última con un 6 cilindros en línea y un sistema de hibridación ligera MHEV de 48 voltios. Las versiones híbridas enchufables de los Defender 90 y 110 llegarán a finales de año junto con el Defender 90.
