Estados Unidos es un mercado vital para Honda, tanto es así que la firma nipona incluso desarrolló un pick-up que única y exclusivamente comercializa al otro lado del océano. Se trata de este Honda Ridgeline, el cual mide 5,39 metros de largo y que se diferencia de sus competidores directos por nacer sobre la base de un chasis monocasco y no desde una plataforma de largueros.
Esta solución de heredar como base el chasis de un Honda Pilot tiene sus ventajas e inconvenientes, porque por un lado presenta una dinámica propia de un SUV gracias entre otros a una suspensión trasera de muelles y amortiguadores (no tiene ballestas), pero si es cierto que limita ligeramente su capacidad de carga por este detalle.
Independientemente de ello este Ridgeline ha tenido una gran aceptación en Estados Unidos, donde ahora presenta diferentes mejoras para mantenerlo al día. Y es que para darle un aspecto más sofisticado Honda añade nuevas inserciones metálicas en su parte frontal, además de unos faros con un nuevo diseño, pero siempre con tecnología Full LED. También se ha revisado la forma de su parrilla, con una barra en color negro brillante para los Sport y Black Edition, mientras que en RTL y RTL-E esta se torna de aspecto cromado.
Mantiene su 3.5 V6 i-VTEC
El paragolpes de estos Honda Ridgeline ahora luce nuevas tomas de refrigeración y una placa protectora más prominente. Decir que detrás también hay un nuevo paragolpes por el que asoma ahora un sistema de escape doble. Y por si fuera poco, todos tienen ahora llantas de 18 pulgadas y se aumenta la anchura de vías en 20 milímetros.
La casa nipona ofrecerá además un nuevo paquete estético denominado HPD (Honda Performance Development), el cual luce una parrilla específica, guardabarros en color negro, llantas en tono bronce y emblemas HPD en los laterales de su caja. Y por si no te habías dado cuenta, el de las imágenes luce dicho paquete opcional cuyo precio no ha sido desvelado.
El interior también recibe alguna que otra mejora, pero lo más interesante sin duda alguna es la llegada de un renovado sistema de infoentretenimiento donde ahora se añaden algunos botones, como el del volumen, físicos. Este pick-up también estrena volante, además de pequeños toques de diseño en su salpicadero.
Mecánicamente no hay sorpresas, porque el Honda Ridgeline mantiene su corazón de gasolina, un 3.5 V6 i-VTEC capaz de proporcionar 280 CV de potencia y 355 Nm de par motor, enviados al asfalto por medio de una transmisión automática de 9 velocidades. De serie equipan tracción delantera, pero como opción se ofrece la tracción a las cuatro ruedas con un sistema de vectorización del par motor, elemento que es de serie en los RTL-E y Black Edition.
Este renovado pick-up aún no se ha puesto a la venta en Estados Unidos, por lo que Honda no ha desvelado sus precios. Si bien, no deberían diferenciarse mucho de los actuales con un tarifa de partida de 33.900 dólares, que son algo así como 28.800 euros al cambio actual.