El 2000GT de Toyota es sin duda el modelo más legendario que la firma nipona haya construido jamás, y en la extremadamente rara ocasión en la que sale alguno a la venta, los precios dan buena fe de lo que significa este coche.
Se vendió más caro de lo esperado
Tomen como ejemplo este ejemplar de 1967, vehículo que ha sido vendido, en la subasta el 25 de octubre de RM Sotheby's, por nada menos que 912.000 dólares (778.223 euros), superando incluso las expectativas que se tenían sobre él, que rondaban los 850.000 dólares.
Una historia a la altura de su pedigree
Parte de el sobreprecio del modelo se puede explicar por el hecho de no haber sido propiedad de un particular cualquiera, sino que fue comprado originalmente por la leyenda de las carreras americana Otto Linton. El modelo se construyó en el año 67, y va pintado en un color Rojo Solar. Su chasis nos dice que es la unidad 100 de las 351 que se fabricaron en sus tres años de producción. Además, es uno de los tan solo 62, que se hicieron con el volante a la izquierda, para el mercado americano.
Linton, que también poseía un concesionario de Toyota en Pennsylvania, mantuvo el deportivo en su poder durante más de 30 años, justo antes de pasárselo a su colega Rich Jacobsen, quien añadió el preciado 2000GT a su colección privada. El tercer dueño, Maine Line Exotics, se encargó de restaurarlo por completo, con el coche viéndose exhibido en el evento de 2007 Rolex Monterey Motorsports Reunion, como parte del despliegue que montón Toyota Motorsport por su 50 aniversario.
En el interior, el modelo goza de un aspecto imponente, con tan solo algún mínimo detalle de desgaste y con la madera del salpicadero, volante y demás, en excelentes condiciones.
Bajo el capó, encontramos un motor de seis cilindros y 2 litros que pertenecía a un Toyota Crown y que fue adaptado por Yamaha para el 2000GT. Gracias a esto se le consiguió sacar nada menos que 150 caballos, todos ellos enviados al eje posterior a través de una caja manual de cinco velocidades.
Como detalle a tener en cuenta, cuando salió al mercado, era uno de los coches más caros de su época, con una pegatina de precio que excedía en 1.000 dólares a la de un Jaguar E-Type o un Porsche 911. Palabras mayores.