Hace más de medio siglo, los ingenieros de la firma alemana comenzaron a investigar en una nueva caja de cambios que ofreciera las ventajas de una manual y suprimiera los inconvenientes de una automática. En 1964, se desarrollo una transmisión automática de cuatro velocidades con control electrohidraúlico, mientras que en 1979 se desarrolló una de doble embrague (la futura PDK) para el concept car Porsche 995.
El cambio PDK (Doppelkupplungsgetriebe en alemán) se desarrolló a partir de 1981, probándose por primera vez en 1983 en el Porsche 956 y se empezó a utilizar en competición desde 1984. Con este cambio, el coche se beneficiaba de unas mejores prestaciones y consumía menos combustible.
Llegada a los deportivos de producción en serie
Difícil de incorporarla a los vehículos en serie de esa época, Porsche retomó el desarrollo más tarde y presentó la primera transmisión de doble embrague para automóviles deportivos de producción en serie en la generación 997 del 911 Carrera.
Esta transmisión de doble embrague ya era capaz de completar las operaciones de cambio hasta un 60% más rápido que una transmisión automática convencional. Además, reducía el consumo y permitía cambiar marchas sin interrumpir la tracción.