comscore

Jaguar y Land Rover comienzan su particular 'operación bikini'

Un Jaguar I-Pace EV400 tiene un peso en orden de marcha de 2.208 kilos. Para que te hagas una idea, este SUV eléctrico mide 4,68 metros de largo, que son 12 centímetros menos de lo que mide un Range Rover Velar, cuya versión de acceso pesa 2.003 kilos.

No cabe la menor duda de que el peso de las baterías es lo que condiciona el peso final en los vehículos eléctricos, de forma que Jaguar y Land Rover ha comenzado a investigar sobre el uso de materiales compuestos para aligerar sus futuros modelos electrificados. Y entre ellos encontraremos fibra de carbono y fibra de vidrio.

El objetivo de ambas compañías británicas es el de desarrollar estructuras y trenes motrices que eviten el uso del aluminio y del acero, materiales a la orden del día, pero que serán reemplazados por otros materiales compuestos, que serán más livianos, pero a la vez más fuertes para soportar el par extra generado por los trenes motrices eléctricos.

Ahorrarán unos 35 kilos por coche y toneladas de CO2

De tener éxito, en un futuro podremos esperar vehículos eléctricos más ligeros y eficientes, cualidades que ayudarán a mejorar el comportamiento dinámico y a alargar sus autonomías.

Pero también hay que tener en consideración que los objetivos de Jaguar y Land Rover son relativamente modestos, ya que las compañías apuntan a una reducción de peso de 35 kilos, así como el aumento de la rigidez en un 30%.

Estas empresas no trabajan solas, porque forman parte de un proyecto denominado Tucana, en el que también se encuentran socios como Warwick Manufacturing Group, Expert Tooling & Automation, Broetje-Automation UK, Toray International UK, CCP Gransden…

Si todo sale según lo planeado, Jaguar y Land Rover tendrán una flota de prototipos 'Tucana' listos para finales de 2022. Y gracias a ello, su objetivo también se cifra en evitar la emisión de '4,5 millones de toneladas de CO2 entre 2023 y 2032 gracias a sus aligerados vehículos eléctricos'.