El Kona se ha convertido en el modelo más vendido de Hyundai; y no ha sido por casualidad. Evidentemente la marca coreana acertó con el diseño, con el segmento al que se dirigía y también con la tecnología que utiliza.
Porque el Kona, que en principio se planteó únicamente como modelo de combustión, fue ganando variantes sucesivamente y ampliando sus horizontes. Una versión híbrida con 141 caballos y un eléctrico en dos variantes de potencia -136 y 204- y autonomía -289 y 449 respectivamente- formaban una familia con suficientes atractivos desde todos los puntos de vista, para ser un éxito comercial.
Ese éxito quiere ahora reeditarse y mantenerse con una serie de retoques que mantengan en lo más alto al SUV de la marca coreana.
Hay estilo retocado en el Hyundai Kona en el exterior o el interior, más carga de elementos tecnológicos, revisión de materiales o acabados… Cambios que saltan a la vista, pero que no modifican la esencia del Kona. Y eso es buena noticia, porque significa que la esencia está de plena actualidad. Incluso en esta versión eléctrica, el tipo de coches que más novedades están registrando en la actualidad.
Estética puesta al día
Vemos cambios en este Hyundai Kona eléctrico como la nueva parrilla cerrada, con nuevos faros LED estilizados y unas luces diurnas en la parte baja también de nuevo diseño. Hay también nuevos revestimientos en los pasos de rueda, nuevas llantas o una trasera con luces de nuevo diseño que se estiran en horizontal.
Además, en el exterior crecen las posibilidades de personalización con 10 colores de los cuales seis son nuevos y la posibilidad de combinarlos con tres colores de techo para crear un Kona a gusto de cada cual.
También hay cambios en el interior, aunque se mantienen las líneas maestras del diseño. Pero vemos materiales renovados, más combinaciones de color entre tapicerías y nuevos elementos en el salpicadero o la consola donde se ubica la palanca de cambios. Destaca en el cuadro de instrumentos la posibilidad de equipar un cuadro digital de 10,25 pulgadas; y en el salpicadero, la pantalla táctil, que sigue manteniendo su configuración flotante, puede ser ahora también de 10,25 pulgadas -de serie son 8- y con la posibilidad de función de pantalla partida.
Gana protagonismo en el interior todas las funciones de conectividad con una plataforma de carga inalámbrica. Y también con el sistema de navegación con conectividad Bluelink que permite acceder a funciones e informaciones en línea como mapas, previsiones meteorológicas o los servicios Bluelink LIVE (que se ofrecen gratis durante 5 años) y en los que hay información en tiempo real del tráfico, alertas con la ubicación de los radares de velocidad o aparcamientos disponibles.
Por supuesto, la conexión del móvil a través de Apple CarPlay o Android Auto está disponible. Y también ofrece eCall, la función que alerta automáticamente a los servicios de emergencia si se despliegan los airbags o se pulsa el botón de eCall.
Batería de ayudas a la conducción
Es uno de los elementos de seguridad y ayudas a la conducción del nuevo Kona. Apartado en el que brilla con una batería de dispositivos en la que se ofrecen Control de Crucero Inteligente con función de parada y arranque, asistencia para Evitar Colisiones en Punto Ciego, alerta de Salida del Vehículo Delantero, asistencia de Seguimiento de Carril, asistencia para Evitar Colisiones en Marcha con detección de peatones y ciclistas, asistencia para Evitar Colisiones Traseras, alerta del Asiento Trasero o advertencia de Salida Segura para el control de los ocupantes traseros.
Donde no hay cambios es en el corazón del Kona eléctrico. La marca coreana ha decidido mantener sus dos versiones sin cambios. Salvo uno relevante que es el aumento de la autonomìa gracias al uso de unos neumáticos Michelin Primacy 4 que reducen la resistencia a la rodadura, con lo que la autonomía en este Kona eléctrico de 64 kWh de capacidad de batería pasa de los 449 kilómetros anteriores a 484. Y puede llegar a los 600 en conducción urbana.
Más allá de eso no hay cambios. La batería mantiene la capacidad; se mantiene el sistema de regeneración de la energía que permite, al actuar sobre las levas del volante, llegar a parar del todo el coche, o los dos modos de conducción -Eco y Sport- para ajustar el rendimiento del coche a lo que queramos en cada momento.
Que no haya cambios es bueno. Primero porque significa que todo funciona bien: y segundo porque el recorrido de esta configuración mecánica aún es largo. Tal vez por eso, teniendo en cuenta que nuestra prueba a fondo ya había analizado al detalle al Kona eléctrico, en esta toma de contacto hemos ido a fijarnos aún más en sus consumos y su eficiencia.
El sistema de propulsión eléctrico de Hyundai no solo es de los más eficientes sino que también es de los más realistas. Es decir, su consumo homologado es de los que más se ajustan a lo que realmente consume en la realidad con un conductor normal al volante.
¿Cuánto gasta en un uso real?
No pretendemos en esta prueba hacer un test de consumo y rebajar el gasto anunciado. Nos centramos más en saber cuánto gasta de verdad en un uso normal. Y para ello, en el recorrido que nos han fijado, que tiene una parte de autovía y otra de carretera de doble sentido, con curvas, vamos a circular a la velocidad marcada en las señales: ni más ni menos. Y al final veremós qué ha pasado.
Evidentemente elegimos el modo de conducción ECO y arrancamos. Nos ponemos en marcha en autovía. El Kona es cómodo y estable, un gran rodador. Y como la pendiente de la ruta va subiendo poco a poco hacia la sierra, mantener la velocidad de las señales nos obliga a ir pendientes del acelerador.
La dirección es suave y precisa y la respuesta al acelerador es instantánea. Aunque evidentemente no buscamos la reacción inmediata -que haría crecer el consumo- sino ir ganando velocidad poco a poco cuando es necesario.
Salimos de la autovía y en la carretera de curvas aprovechamos desniveles para aumentar la capacidad de recarga. En esas curvas volvemos a valorar su comportamiento, al que ayuda el bajo centro de gravedad y la ubicación de las baterías. Toma las curvas con suavidad, sin penalizar la comodidad de los ocupantes. Y es un tramo donde la diversión sale a relucir; y eso que no vamos rápido ni hemos puesto el modo Sport.
Finalmente el último tramo vuelve a ser de autovía. Y si antes hemos subido hacia la zona de la sierra, ahora nos toca bajar. Hemos llegado arriba con un gasto medio por encima de los 17,5 kWh. Pero con la bajada hacia nuestro punto de destino rebajaremos ese gasto seguro. ¿Cuánto? Pronto lo veremos.
En la bajada, lo mismo que ha ocurrido en el tramo de carretera, conducimos sin tocar el pedal de freno. El manejo de las levas es fácil y muy intuitivo y rápidamente te haces a su funcionamiento. Para mantener la velocidad indicada en las señales ajustamos regeneración y frenada con las levas y viajamos como en una alfombra mágica, envueltos en la suavidad, el silencio y confort de los eléctricos.
Y llegamos al final. Una experiencia y un recorrido placentero en el que el nuevo Hyundai Kona nos ha vuelto a conquistar. Claro que falta ver el resultado de nuestra prueba. El cuadro de instrumentos nos da la sorpresa final. Hemos recorrido 76,5 kilómetros, en una hora y siete minutos, cumpliendo escrupulosamente los límites de velocidad y el nuevo Hyundai Kona nos recompensa con un gasto medio de 14,1 kWh/100 km.
Los 484 kilómetros de autonomia del Hyundai Kona está claro que no son un imposible. Son una cifra muy fácil de conseguir gracias a la tecnología de un modelo que en esta renovación aún tiene más argumentos para seguir siendo un éxito. Ente ellos, su sobresaliente eficiencia.