La llegada de esta nueva versión ecoHybrid de 150 CV de potencia que acabamos de conducir por vez primera supone, de paso, la desaparición de la mecánica 1.6i, que rendía 114 CV y que estaba disponible en su variante de gasolina o en una adaptada al uso de GLP y que recibía la etiqueta ECO. Etiqueta, por cierto, que tenía el 76 por ciento de los Subaru matriculados en España durante el pasado año, elevadísima proporción que se logró por medio de motores gasolina/GLP como el citado, pero sobre todo con la creciente oferta de versiones híbridas, pues el 55 por ciento de las ventas de la marca japonesa en nuestro país fueron copadas por el XV ecoHybrid y el Forester ecoHybrid, dotados del 2.0 bóxer híbrido autorrecargable que ahora estrena el Impreza, y que se convierte en su única alternativa mecánica.
Impreza ecoHybrid Urban. No hay más
De hecho, a partir de ahora solo habrá un Impreza a la venta, pues también es único el nivel de acabado Urban, para el que se anuncia un precio de 33.250 euros que con la actual campaña promocional de 2.000 euros se queda en 31.250. A cambio nos llevamos un amplio compacto de cinco puertas y 4.475 milímetros de longitud que dispone de un maletero simplemente correcto, con 340 litros de capacidad, y que encabeza su equipamiento con la tracción total permanente Symmetrical AWD, el cambio automático Lineartronic de siete relaciones y el completo sistema de seguridad EyeSight, compuesto por la frenada precolisión, el control de crucero adaptativo, el aviso de salida de carril o el aviso por avance del coche delantero.
Y la dotación de serie no acaba ahí, pues este nivel Urban que monopoliza la gama desde ahora incluye también siete airbag, asistente de cambio de luces cortas-largas, cámara de visión trasera, ópticas delanteras y traseras de LED, sensor de lluvia, asientos delanteros calefactables, levas de cambio en el volante, climatizador bizona con ajuste por voz o pantalla central de 8 pulgadas ligada al sistema de infoentretenimiento , compatible con Android Auto y Apple CarPlay.
Y Subaru introduce pequeñas modificaciones estéticas, tanto en el exterior como en el interior de su Impreza. Por fuera, por ejemplo, destaca la nueva toma de aire que recorre el frontal en su zona inferior, la reubicación de los faros antiniebla para dar más sensación de anchura, las ópticas LED rediseñadas o unas llantas de 17 pulgadas también inéditas, mientras que dentro los cambios más reseñables afectan a los paneles de puertas y a la citada pantalla de 8 pulgadas con cámara de visión posterior y nuevas funciones de conectividad.
Motor 2.0 bóxer híbrido
Sin embargo, lo más noticiable tiene que ver con la mecánica, pues el Impreza ecoHybrid adopta por fin (el plan inicial era hacerlo en 2020, pero la pandemia retrasó su lanzamiento) el motor 2.0 bóxer (cuatro cilindros horizontales y opuestos) de inyección directa y 150 CV combinado con un motor eléctrico de 12,3 kW (16,7 CV) y 65 Nm de par que se ubica dentro de la transmisión Lineartronic, y se alimenta mediante una batería de iones de litio de 118V. Según Subaru, la respuesta mejora en un 30 por ciento en comparación con el anterior 1.6i, sin hibridación alguna, por más que los 194 Nm de par máximo a 4.000 revoluciones por minuto que se anuncian tampoco sean un valor impresionante.
Y algo parecido podríamos decir del consumo medio WLTP homologado, pues los 7,7 l/100 km de este Impreza ecoHybrid no quedan tan lejos de los 7,9 de su antecesor con 114 CV y, sobre todo, superan ampliamente el gasto de otros modelos con mecánica híbrida. Porque un Hyundai Ioniq 1.6 HEV de 140 CV homologa 4,5 l/100 km, el Kia Niro 1.6 HEV anuncia consumos a partir de 4,8 l/100 km y los Toyota Corolla 125H y 180H se conforman con 4,5 y 5,2 l/100 km, respectivamente. Bien es cierto que Subaru es fiel en este modelo a la tracción total, mientras que sus competidores apuesta por tracción exclusivamente delantera, pero creemos que es una diferencia de eficiencia muy abultada.
Nos ponemos al volante
De ahí que en esta primera toma de contacto, limitada a 90 minutos, pusiéramos el foco en el consumo, capítulo importante en un vehículo de etiqueta ECO.Primero con un test urbano que concluimos con un promedio de 7,3 l/100 km, alto para lo que muchos esperarán de un compacto con mecánica autorrecargable, y a continuación con un ensayo por autovía en el que mantuvimos un crucero de 120 km/h y que nos dio un resultado de 6,9 l/100 km, también un poco crecidito.
Sí es cierto que en conducción normal el coche japonés es realmente agradable, con una entrega de potencia progresiva, un buen equilibrio entre comportamiento y confort, mucha sensación de seguridad y la ya clásica impresión de calidad y robustez característica de la marca, aunque si avivamos el ritmo y aceleramos con más fuerza, el motor de gasolina se torna algo ruidoso. Además, en todo instante es el coche el que decide cómo combina los diferentes elementos mecánicos (el 2.0 bóxer, el motor eléctrico y la batería) en función de las necesidades, de manera que el conductor no puede intervenir ahí y, por ejemplo, no puede forzar un uso exclusivamente eléctrico aunque sea momentáneo. De hecho, en nuestra toma de contacto no percibimos fases en las que, acelerando, funcionase solo el motor eléctrico, y quizás sea ese escaso protagonismo de la parte eléctrica la que eleve al final el consumo más de la cuenta.
No obstante, como alternativa ECO exclusiva el Subaru Impreza ecoHybrid Urban tiene su aquel, porque conduciremos un vehículo cómodo y de calidad, dotado de una tracción total más eficaz que la que usan la mayor parte de modelos con tracción a las cuatro ruedas y con una relación convincente entre los que pagamos y el equipamiento de serie recibido a cambio.