En el año 2017 los chicos de Rolls-Royce creaban este vehículo tan singular, un coche de juguete que ocupa un lugar verdaderamente especial en el corazón de todos los trabajadores de la firma de Goodwood debido al importante trabajo que realiza a diario.
Cedido al hospital St. Richard de Chichester, es conducido todos los días por jóvenes que realizan su viaje de la habitación al quirófano para ser intervenidos.
100 kilómetros en cuatro años
En todo este tiempo, este Rolls-Royce SRH ha llevado a más de 2.000 niños por los pasillos del hospital y ha recorrido un total de 100.000 metros (100 kilómetros), mostrando los primeros signos de la edad. Por lo tanto, los de Goodwood han decidido llevarlo a sus instalaciones para someterle a una completa revisión a fondo para devolverle a su esplendor original.
Recordemos que este diminuto Rolls-Royce tiene una carrocería que fue fabricada combinando fibra de vidrio y fibra de carbono. En ese exterior acabado en colores Blanco Andalucía y Azul Salamanca, no desentona su gran parrilla delantera o el inconfundible 'espíritu del éxtasis' adornando su capó. Dentro hay un asiento de madera fabricado a mano y cubierto con cuero St. James Red, además de un tablero personalizado que fue creado con impresión 3D. Más de 400 horas necesitaron para convertirlo en realidad, pero según los trabajadores en el proyecto, han merecido la pena.