No ha podido ser, y Bentley se ha tenido que conformar con la segunda posición de su clase en la subida a Pikes Peak.
16 segundos de lastre
Los británicos entraban en su tercera participación del evento en los últimos años, con la energía y la seguridad de que iban a batir el récord. De hecho, en los primeros compases de la prueba, en el primer y segundo sector, Rhys Millen, piloto a los mandos del Continental GT3, volaba, entrando en el tercer sector con 12 segundos de ventaja sobre el rival más próximo. Sin embargo, el monte le tenía reservada una amarga sorpresa, pues en este último sector su coche sufrió un fallo mecánico con la presión y la potencia, haciendo que perdiese 16 segundos y relegándole a la segunda plaza de su clase.
Esto se suma a que este año el trayecto se había recortado debido a las condiciones climatológicas que había en la cima, con hielo por la carretera, por lo que se hacía más complicado aún sacar más ventaja en tiempo, lo que ha hecho que no puedan hacerse con la tercera victoria esta vez. Y no será por coche, por que el Continental GT3 que llevaban venía preparado hasta los topes, con 760 CV de potencia extraídos de su potente V8 biturbo de 4 litros, especialmente mejorado para funcionar con gasolina renovable de competición de 98 octanos.
A pesar de los problemas, el coche ha conseguido completar el recorrido de la clase Time Attack I en un tiempo de 6:36.281, acabando en la clasificación global en cuarta posición.
