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DS 4. La primera prueba

Justo cuando anuncia un futuro eléctrico a partir de 2024 -cuando solo lanzará modelos cien por cien 0 emisiones, de los cuales el primero será un DS 4-, la marca premium de Stellantis se lanza con su compacto a conquistar un mercado en el que hasta ahora han campado a sus anchas los alemanes. El DS 4 es una manera diferente de entender el segmento compacto premium; una nueva interpretación que no tiene que ver con esa exquisita sobriedad de los alemanes de Audi –A3-, BMW –Serie 1– o Mercedes –Clase A– sino que quiere popularizar también aquí el lujo francés.

El DS 4 es un compacto de aire crossover -sobre todo con la versión Cross en la que ofrece unas barras de techo o unas molduras en los bajos-, diseño exclusivo, acabados de lujo y tecnología de vanguardia. Esas son las armas que ofrece a simple vista. La primera es sin duda un estilo inconfundible en el que se adivina la inspiración de los concept de DS, como el Aero Sport Lounge. En ese estilo siguen destacando esas líneas poliédricas que han caracterizado hasta ahora los modelos de la firma.

Un interior de diseño menos recargado

Si por fuera llama la atención -la gama cuenta con tres variantes; el DS 4 'a secas', el Performance Line y el Cross, con un cierto aire crossover- por dentro mantiene su personalidad. Aunque hay cambios, pues presenta un diseño más limpio, menos recargado que el de sus hermanos. El salpicadero es mucho más fluido, con una pantalla táctil central integrada de 10 pulgadas desde la que se controla todo. Hay botones clásicos, en la parte inferior para el control de la climatización -con luz diurna no se distingue a qué función corresponde cada botón- y para el conductor un cuadro de instrumentos digital, de gran tamaño y configurable. Y además añade un Head up Display de realidad aumentada que muestra los datos sobre el parabrisas creando una pantalla con un tamaño equivalente a 21 pulgadas.

También estrena el DS Iris System, un sistema para manejar los mandos sin tener que tocarlos. Obedecerá órdenes habladas en lenguaje natural y a través de gestos gracias al llamado Smart Tech, una pequeña superficie en la zona del cambio que se maneja como la pantalla de un smartphone… pero a la que hay que acostumbrarse.

Si en diseño y en estilo no se priva de nada, tampoco en tecnología. Por ejemplo, en el apartado de asistentes de seguridad y ayuda a la conducción cuenta con el DS Drive Assist 2.0, sistema de asistentes con nuevas funciones: adelantamientos semiautomáticos, la adaptación de la velocidad en las curvas y la recomendación anticipada de la velocidad señalada en las señales de tráfico. Otras delicatessen son la suspensión pilotada DS Active Scan Suspension -de serie en el E-Tense- que visualiza y anticipa las irregularidades de la carretera y hace que la suspensión sea más dura o más blanda según las necesidades o el DS Night Vision, que detecta peatones y animales a una distancia de hasta 200 metros por la noche y con poca luz y avisa al conductor a través del cuadro de instrumentos digital.

225 caballos para el más potente

Su iluminación es vanguardista además de elemento distintivo en su estilo. Cuenta con un sistema Matrix que alumbra incluso a 300 metros de distancia y permite usar las luces largas incluso con vehículos a escasa distancia.

Bajo el capó, antes de la anunciada electrificación total, su gama mecánica cuenta con lo más avanzado del Grupo Stellantis, con la versión E-Tense, híbrido enchufable de 225 caballos y 55 kilómetros de autonomía como tope. Pero en la parte de combustión clásica no se queda atrás, tres motores de gasolina PureTech de 130, 180 y 225 caballos, siempre con cambio automático EAT8. Y en diésel, con el mismo tipo de cambio, habrá un BlueHDI de 130 caballos.

En la presentación internacional, en Francia, hemos podido probar la versión PureTech de 225 caballos. Lo primero que llama la atención al rodar con el DS 4 es su exquisito confort y suavidad. Unas suspensiones enfocadas a ofrecer el máximo confort que proporcionan además un buen aplomo. El motor es suave, silencioso y de rápida respuesta. La dirección nos ha parecido demasiado sensible y algunas ayudas a la conducción, como el sistema de mantenimiento de carril, un poco intrusivo. Cuenta con diferentes modos de conducción, pero si queremos sentir que bajo el capó hay 225 caballos, lo suyo es activar el modo Sport, en el que le sale un cierto carácter deportivo, aunque no es esa su verdadera pretensión.

Porque el DS 4 apuesta más por el refinamiento, la suavidad y el confort que por las prestaciones o el rendimiento. El nuevo DS 4, cuyas entregas comenzarán en breve está disponible por un precio a partir de 28.800 euros.