En 1980 Audi presentaba en el Salón de Ginebra un revolucionario sistema de tracción total que cambió radicalmente las reglas del juego primero en el automovilismo; y después en la industria del automóvil, impactando sobre todo en el apartado de la seguridad. La tracción quattro se ha convertido en seña de identidad de Audi, uno de los principales argumentos de ese lema de la marca alemana 'A la vanguardia de la técnica'.
La dimensión de lo que significa la tracción quattro se explica con algunos datos. Por ejemplo, por su extensión en la gama Audi. Este sistema no está dedicado solo a algunos de sus modelos, sino que se ofrece en todos los modelos de Audi salvo el A1. Significa esto que tanto deportivos como el R8, compactos como el A3, berlinas como el A6, familiares como el A4 Avant o todocaminos como los Q3, Q5 o Q8 se benefician de esta innovación.
Y eso significa, también, que entre los clientes de Audi, la tracción quattro es un argumento de compra muy importante; tanto que el 40 por ciento de los coches vendidos por Audi son tracción quattro. En total, en estos 41 años, la marca de los aros ha fabricado casi 11,8 millones de vehículos con este tipo de tracción.
Tracción quattro también para los e-tron
Ahora, además, con la llegada de la tecnología de propulsión eléctrica, en la gama e-tron, la marca ha evolucionado hasta convertir esa traccion quattro clásica en un sistema de tracción total eléctrica con vectorización del par de la serie e-tron. El futuro eléctrico de la marca, y del mercado, va a seguir ligado a la tracción quattro. En la familia e-tron esto se consigue con el uso de un motor eléctrico en cada eje. Pero en busca del comportamiento más deportivo y seguro -otro de los elementos del ADN de Audi- las versiones más dinámicas, los S de la gama e-tron, disponen de tres motores eléctricos dos de ellos en el eje trasero con un sistema de vectorización eléctrica de par para distribuir el par entre las ruedas traseras sin necesidad de una conexión mecánica. Con eso, la tracción quattro garantiza, también en los eléctricos agilidad, tracción y máxima seguridad en todo momento y condición.
Y no solo evoluciona la tracción quattro para adaptarse a las exigencias de movilidad eléctrica. Los modelos de combustión tradicional siguen renovando y mejorando este sistema. Por ejemplo el nuevo Audi RS 3 es el primero que ha incorporado la tracción quattro con el RS torque splitter, que distribuye el par motor entre las ruedas traseras de forma totalmente variable. El sistema, diseñado para el máximo rendimiento, distribuye activamente el par motor de forma variable entre el eje delantero y las ruedas individuales del eje trasero. Cuando se conduce de forma deportiva, el torque splitter aumenta el par que recibe la rueda trasera exterior en la curva, que tiene mayor carga, lo que reduce significativamente la tendencia al subviraje. En las curvas a la izquierda transmite el par a la rueda trasera derecha, mientras que en las curvas a la derecha, lo hace a la rueda trasera izquierda; y en la conducción en línea recta lo reparte a ambas ruedas. El resultado es una estabilidad óptima y una agilidad máxima, especialmente en las curvas tomadas a alta velocidad.
41 años, por tanto, de una tecnología que debería haberse homenajeado hace un años, pero que por las circunstancias de la pandemia no se pudo realizar la experiencia 'quattro moments' que hemos podido vivir en directo en algunos de los tramos de rallys legendarios como Montecarlo o SanRemo con los modelos clásicos de Audi y también con algunos de los nuevos que incorporan la tracción quattro.
45 años del motor de cinco cilindros
Además, era el momento perfecto, también, para celebrar los 45 años de otro hito en la historia de la marca alemana, el motor de cinco cilindros, todo un clásico que ha llegado en su última evolución, el 2.5 TFSI, a convertirse en el cinco cilindros más potente en la historia de Audi con 400 caballos.
Un motor que también ha protagonizado grandes momentos en el aspecto deportivo, como la subidad a Pikes Peak de 1987 en la que Walter Rohrl consiguió con el Audi Sport Quattro S1 (590 caballos) marcar un tiempo de 10:47,850 minutos con una velocidad máxima sobre el trazado de tierra de 196 km/h. «Fue la cumbre de lo que se puede hacer con un coche de rally», diría Rohrl sobre es momento.
Esa cumbre, sin embargo, se ha ido alcanzando en el día a día de muchos modelos que han utilizado este motor y también la tracción quattro. Desde sus inicios, su evolución ha sido imparable, pues ha pasado de los 136 caballos con 185 Nm de para del Audi 100 CS de 1976 a los 400 caballos y 500 Nm de par del nuevo Audi RS3. Una evolución en la que ha habido modelos legendarios como el Audi quattro de 1980 -200 caballos y 285 Nm de par- o el Audi S2 Coupé de 1991 -220 caballos y 309 Nm de par-. Y esos modelos los hemos podido conducir en un tramo del legendario Col del Turini.
Al volante de los quatro clásicos
La experiencia empieza en Niza, donde nos ponemos al volante del nuevo Audi RSQ3 Sportback.400 caballos bajo el capó para afrontar el recorrido que nos lleva hasta el Col del Turini. Una de las carreteras más legendarias, con una subida hasta los 1.607 metros desde el nivel del mar que ofrece unas curvas y paellas donde poner a prueba el rendimiento -sobresaliente- del SUV deportivo de Audi. Todo un superdeportivo que gracias a la tracción quattro y a su caudal de potencia 'no pierde pie' ni empuje, por muy cerrada que sea la curva o por mucha pendiente que haya. Dirección perfecta, frenos magníficos… Toda una experiencia llegar al Turini.
Pero la experiencia auténtica empieza cuando nos ponemos al volante de los clásicos de Audi con motor de cinco cilindros y tracción quattro. Nos espera, para empezar, un Audi TT RS de 2009. Con este modelo el motor de cinco cilindros volvió al segmento B. El recorrido, de 14 kilómetros es en bajada y luego subida, con curvas enlazadas, algunas de ellas bastante cerradas. El TT RS -340 caballlos y 450 Nm- va como la seda, con un tacto deportivo en el que el confort es máximo. Transmite una enorme seguridad, con una dirección perfecta.
Siguiente estación; nos vamos a 1991, al precioso Audi S2 Coupé -220 caballos y 309 Nm-. Un diseño de lo más bonito que ha hecho Audi y que con sus dimensiones compactas invita a conducir. Va como la seda, confortable al máximo, con una dirección ligera y tal vez demasiado suave para lo que vemos hoy en día, pero que transmite y da confianza en cuanto te haces a ella. Enlaza las curvas con total serenidad y hace exactamente lo que le pides, aunque el trazado se cierre de golpe. Una delicia.
Nos espera ahora el legendari Audi quattro, el coche que dio nombre a esta revolución. Son 200 caballos y 285 Nm de par. Y una imagen que sigue impactando. El coche, de 1980, está perfectamente cuidado y mantenido. Y al arrancar nos regala ese sonido bronco pero inconfundible del cinco cilindros. Noble en todo momento, cuenta con una dirección un poco más rotunda, pero que inmediatamente transmite confianza. Lo mismo que con cada curva que tomamos en las que nos vamos animando con el sonido del motor y la nobleza de reacciones.
Y nos queda un Audi por probar, un 200 de 1976 con 170 caballos y 265 Nm de par. Una berlina de generosas dimensiones pero con un comportamiento magnífico. Parece impropio de su categoria, pues entra en las curvas tal como se le pide y aunqeu corrijas la trayectoria en mitad del trazado obedece sin rechistar… Y sin bambolear a los ocupantes. Los 170 caballos con suficientes, aunque el cambio automático no es lo mejor para que la respuesta sea inmediata y hay que tratar de llevarlo alto de vueltas.
El primer día se salda con una sonrisa en nuestra cara, porque tras esto aún tenemos la oportunidad de recorrer otros 70 kilómetros por la serpenteante carretera que nos lleva del Col del Turini a San Remo.
El 'parque de atracciones' de San Romolo
El siguiente día comienza con otro reto: San Romolo. Es uno de los lugares más emblemáticos del Rally de San Remo. Una subida legendaria, plena de curvas cerradas, de paellas y de una carretera superestrecha a la que nos enfrentamos con el Audi e-tron Sportback S. Aquí descubrimos cómo la tracción quattro funciona de maravilla con un eléctrico de gran tamaño, peso y potencia. Imparable, sube como un avión, se retuerce sin rechistar cuando le exigimos tracción en las curvas más cerradas y empuja como un energúmeno y de manera instantánea, como buen eléctrico, al hundir el pie en el acelerador. Una pasada.
Claro que la verdadera pasada aún nos está esperando en San Romolo. Ahí está Stig Blomqvist, campeón del mundo de Rallys en 1984, con su Audi Sport quattro S1, el coche con el que fue campeón. El piloto sueco, el primero, y posiblemente el que mejor utiliza el pie izquierdo para frenar y cambiar -el derecho siempre va hundido en el acelerador para que el turbo no se descargue- nos espera para deleitarnos en un tramo cerrado. A sus 75 años se le ve en plena forma y con una sabiduría al volante que nos enseña que hay gente que conduce… y gente que se desplaza. Y él es de los primeros.
Nos ponemos el mono y el casco, nos acomodamos en bacquet y nos ajustamos el cinturón. Stig pone el coche en marcha y el sonido, mezclado con el inconfundible olor a gasolina, nos embriaga. Arranca y vamos despacio hasta llegar al punto de control. Todo en orden, cuando de repente hunde el pie en el acelerador y empieza la fiesta. Se suceden curvas, rectas, frenadas, cambios de dirección, reducciones de marcha… todo a una velocidad sorprendente; y eso que Stig debe ir a medio gas, pues esto es solo un paseo para periodistas. Cada cambio de marchas es un latigazo, con un sonido indescriptible. Damos la vuelta y emprendemos el camino contrario. Son menos de ocho minutos lo que tardamos en hacer el recorrido de 10 kilómetros. Ocho minutos inolvidables, como en el mejor parque de atracciones.
Tras controlar las emociones y poner la adrenalina a buen recaudo, aún nos queda tiempo de disfrutar con el e-tron Sportback S en la bajada hasta San Remo. Y ahí la última de estas experiencias quattro, pues el último recorrido es con el más nuevo de la familia, el Q4 e-tron 50. El SUV eléctrico más familiar, también brilla con el sistema de tracción total que ya se ha convertido en leyenda. Un sistema capaz de hacer magia en todos los modelos en los que se incorpora y en cada curva o en cada superficie por el que pasa.
Son 41 años de magia quattro… Y los que quedan.