A finales de 2020, Rolls-Royce presentó la segunda generación de su berlina más pequeña, si es que este palabra puede utilizarse para un sedán de 5,55 metros de largo en su variante de batalla corta y de 5,72 metros de largo en la alternativa de batalla extendida. Ambas opciones esconden bajo su larguísimo capó un motor V12 biturbo de 6.75 litros que desarrolla 570 CV, siempre ligado a una caja de cambios automática ZF de ocho velocidades y a un sistema de tracción total. Pues bien, la marca británica lleva más de un siglo demostrándonos que siempre se puede ir un paso más allá y, aunque la deportividad no es una de las infinitas cualidades de sus coches, acaba de dar una vuelta de tuerca a esta segunda entrega del Ghost para mejorar su rendimiento.
¿Cómo lo ha conseguido? La respuesta sencilla: potenciando el motor de doce cilindros en uve, que ahora llega hasta los 600 CV y 900 Nm de par disponibles desde tan solo 1.700 rpm, suficiente para que esta mole de 2.490 kg acelere de 0 a 100 km/h en 4,7 segundos y alcance una velocidad máxima de 250 km/h. Eso sí, homologa un consumo medio de 15,8 l/100 km y firma unas emisiones de CO2 de 359 g/km, pero, siendo sinceros, no creemos que esto les importe mucho a los dueños de este Rolls-Royce Ghost vitaminado que recibe el apellido Black Badge, uniéndose así a la exclusiva familia de la que ya forman parte el Phantom y el Cullinan.
Llantas de 21 pulgas y elementos de fibra de carbono
Lo que si valorán los compradores de este Rolls es el lujo y la personalización y, como cualquier otro Ghost, este Black Badge va sobrado de ambas cosas. La firma británica ofrece infinitas posibilidades para individualizarlo por dentro y por fuera, pero propone una combinación de colores exclusiva que le sienta como anillo al dedo a este sedán de altos vuelos. En el exterior luce el negro más oscuro de todo el mercado y algunos detalles en un llamativo tono azul eléctrico, mientras que por dentro se repite la misma combinación, además de contar con elementos de fibra de carbono y el singular techo Shooting Star que trata de emular un cielo estrellado en el opulento habitáculo del modelo inglés.