«Lewis, así es como se recuperan una descalificación de veinte puestos», le lanzaba por la radio Toto Wolff a Lewis Hamilton poco después de su azaroso e increíble triunfo en el GP de Brasil. El jefe de Mercedes, siempre tan focalizado, se había quedado corto y fue corregido por su piloto: «Realmente han sido 25, pero tienes razón». Wolff tuvo que dar la razón al británico.
De la vigésima a la quinta posición en 24 vueltas el sábado, y desde la décima a la victoria con diez segundos de ventaja el domingo. Así el extraordinario triunfo de Hamilton en Interlagos. Una respuesta brutal que posiblemente nadie esperaba cuando una semana antes la cara de Hamilton era un poema en el Hermanos Rodríguez tras la aplastante victoria de su rival. ¿Su lamento? Red Bull cuenta con un monoplaza inalcanzable y mucho más rápido. Una semana después se mantiene el toma y daca un campeonato ya épico.
Los datos resumidos del triunfo de Hamilton encierran un fin de semana surrealista, que sigue incrementando la intensidad deportiva y también política de una de las pugnas más intensas de las dos últimas décadas. Hamilton iniciaba el gran premio brasileño con cinco puestos de penalización para introducir una nueva unidad de motor. Pero nadie podía imaginar que el guion del GP de Brasil incorporara otro capítulo inesperado.
Las cuatro décimas que Hamilton endosó al holandés el viernes (parrilla para la carrera sprint), una de las diferencias más grandes en la temporada, dejaban anonadados a los austríacos. Red Bull tuvo la mosca tras la oreja ya todo el fin de semana ante semejante diferencial de potencia. «Mercedes ha logrado un motor especial en una fase tan decisiva del campeonato. Estamos desconcertados sobre cómo funciona. Un nuevo motor nuestro podría traer 3-5 kW de potencia, el de ellos son definitivamente 15», explicaba tras la carrera Helmut Marko, golpeado por la realidad.
Brutal superioridad de Hamilton
En la carrera sprint cuajó la brutal superioridad de Hamilton. El equipo austríaco se rascaba la cabeza. Buscaba también en el funcionamiento del alerón trasero del monoplaza alemán razones para justificar semejantes diferenciales de velocidad. Por ejemplo, a Lando Norris Hamilton le pasaba con 27 km/h de diferencia, ambos con motores de la misma marca. Pero la sorpresa saltó por otro lado: el alerón de Mercedes no pasó las verificaciones oficiales. Más tensión y más polémica que no acabará en Interlagos. Las repercusiones políticas del incidente tensarán las próximas carreras entre Red Bull y Mercedes, como amenazó Wolff al considerar tratado a su equipo con diferente rasero respecto al austríaco «por tercera vez consecutiva»: «la diplomacia se ha acabado hoy».
Pero antes Hamilton debía lidiar con los veinte puestos de penalización del sábado, que ayudaron a visibilizar la brutal superioridad del Mercedes este fin de semana. El británico tenía pendientes otros cinco el domingo. El GP de Brasil arrancaba con una incógnita a despejar. ¿Alcanzaría Hamilton a Verstappen y ganaría la carrera? En la vuelta 20 Hamilton ya era segundo, a poco más de tres segundos que su rival.
Se inició un duelo a corta distancia que quedaría, por cuestión de neumáticos, relegado al enfrentamiento en el tercio final de la carrera. Antes, Verstappen aguantó un par de hachazos de su rival y en uno de ellos ambos acabaron fuera. De nuevo, la polémica sobre la etiqueta en la pista. Los mensajes de los dos equipos al director de carrera, Michael Masi, fueron dignos de finas pugnas florentinas. Verstappen no fue sancionado pero su resistencia solo fue engordar para morir. Hamilton no falló a la tercera y se despidió de su rival camino de la meta, libre de obstáculos y rivales por primera vez en todo el fin de semana. Había necesitado 85 vueltas en total, en dos días.
«Una de las carreras más difíciles de mi vida», resumía un Hamilton. Ciertamente, su extraordinaria actuación personal se combinaba con la impresionante superioridad de su monoplaza. No se adelanta a toda una parrilla de Fórmula 1 ni al líder del campeonato solo por talento. Qué diferencia con aquel piloto desfondado del Hermanos Rodríguez, solo una semana atrás. Afortunadamente, una carrera más en la que oscila el péndulo hacia el otro extremo, qué mejor noticia para el campeonato. Qatar está a la vuelta de la esquina y no hay referencias previas. Solo catorce puntos separan a Hamilton y Verstappen.
Sainz y Alonso, otro fin de semana
Para Carlos Sainz y Fernando Alonso, el GP de Brasil tuvo similitudes al de una semana atrás en México, cada uno en su escala de la tabla. De nuevo, Sainz superó a Charles Leclerc vienes y sábado. En la carrera sprint, con una fenomenal actuación donde llegó a colocarse segundo para terminar un puesto por detrás. El madrileño insistía en su creciente osmosis con el SF21, un grado de confianza que se reflejaba también en la pista, puliendo aquellas áreas que aún le faltaban por refinar. Como las salidas. Pero el domingo volvió a sangrar por la misma herida, y volvió a terminar por detrás del monegasco a pesar de rodar a su mismo ritmo o más rápido en la carrera. «Hoy iba a por un 'top-5' y acabé sexto, por lo que no estoy contento, He ido rápido durante todo el fin de semana, y ya van dos que iba igual o más rápido que Charles (Leclerc) y que, por una mala salida, él acaba por delante mía. Pero eso es lo que hay». Al menos, el consuelo de los piropos de Mattia Binotto por su progresión con Ferrari en las últimas carreras. Y que fue el embrague el que le traicionó.
Alonso de nuevo cumplió con la rutina de la presente temporada. Tras una inusual y renqueante carrera sprint en la que perdía posiciones para el gran premio, el trabajo de hormiga de cada domingo para amarrar los puntos finales. «Lo interesante es el título de Hamilton y Verstappen y, aparte de esto, es muy aburrido y repetitivo. Entiendo a los aficionados en casa, incluso a mis aficionados, porque leo comentarios como: 'En Qatar, podio'. Y te gustaría contestar: 'No, no hay podio, hemos hecho 21 carreras y hemos hecho octavo y noveno, y las tres últimas seremos octavos y novenos, siento decirlo'. Y poco más hasta que acabe el campeonato. Al menos, Qatar y Arabia Saudí serán dos hojas en blanco.