Es probable que, hasta ahora, no hayas oído hablar mucho de SWM Motors, pero esta marca, fundada en Milán, cuenta con medio siglo de historia a sus espaldas, aunque es ahora cuando desembarca en España con su división de automóviles, ya en mano del grupo chino Shineary Holdings. Hablamos, por tanto, de una firma con ADN italiano, puesto que su centro de diseño sigue ubicado en la capital del país transalpino, si bien sus coches se fabrican en la planta de Fuling, en la provincia de Chongqing, China, por lo queestamos ante una compañía italo-china.
Hechas las presentaciones, vamos a hablar de los SWM G01 y G01 F, los SUV compactos escogidos por SWM Motors para estrenarse en el mercado español. Ambos son, en esencia, el mismo coche porque comparten prácticamente todo, pero apuestan por estilos diferentes para llegar a distintos tipos de clientes. Mientras que el SWM G01 tiene un diseño más sobrio, el SWM G01 F se distingue por unas líneas más agresivas que lo convierten en la alternativa más deportiva y, desde luego, la más orientada al público joven. Más allá de lo estético, se asientan sobre la misma plataforma modular, denominada G (de ahí su nombre), si bien el SWM G01 mide 4,61 metros de largo y el SWM G01 F alcanza los 4,67 metros de largo por culpa de sus paragolpes específicos, eso sí, en el resto de cotas son calcados: 1,85 metros de ancho, 1,74 metros de alto, una distancia entre ejes de 2,75 metros y una distancia libre al suelo de 197 mm.
Amplitud y mucho equipamiento
Son medidas muy generosas para tratarse de un SUV compacto, por lo que, por dentro, es un coche amplio, con unas plazas traseras que permiten acomodar a tres adultos y un maletero que se sitúa por encima de la media de la categoría con sus 570 litros de capacidad. A nivel de equipamiento, también está un paso por delante, con una completísima dotación de serie en el acabado Elite, el más alto de los dos disponibles (y el más interesante por relación calidad-precio), al que solo se puede añadir como elementos opcionales la pintura metalizada y una extensión de garantía para pasar de los cinco años que ofrece a la marca a siete años.
En lo que respecta a la calidad, los acabados son correctos y, en general, la impresión es buena, con ajustes sólidos y materiales robustos, aunque su principal atractivo es lo bien equipado que está de serie. Esta es, sin duda, una de las mejores formas de darse a conocer, puesto que el Elite incluye, entre otras cosas, llantas de aleación de 18 pulgadas, techo panorámico eléctrico, tapicería de piel, volante de piel, iluminación interior led, carga inalámbrica para smartphone, pantalla táctil central de 10 pulgadas, puertos USB en las plazas delanteras y traseras, asistente de arranque en pendiente, aviso de abandono involuntario de carril, aviso de vehículos en el ángulo muerto, iluminación Full LED, cámara de aparcamiento de 360 grados, frenada de emergencia, sensores de aparcamiento delanteros y traseros, sistema de acceso y arranque sin llave o control de velocidad.
En el plano mecánico, el único motor disponible es un 1.5 Turbo de cuatro cilindros de origen Mitsubishi que desarrolla 131 CV a 5.400 rpm y 215 Nm de par entre las 2.000 y las 4.200 rpm. Puede asociarse a un cambio manual de seis marchas o a uno automático de tipo CVT, siempre con tracción delantera. En la toma de contacto solo tuvimos oportunidad de ponernos al volante de una unidad con cambio manual, concretamente un SWM G01 manual con el acabado Elite y en resumen podemos decir que es un coche fácil de conducir, sencillo y cómodo, aunque obviamente tiene cosas mejorables.
Cumplidor y poco frugal
Pesa 1.560 kg, por lo que sus 131 CV solo se antojan suficientes, aunque habrá que esperar a una prueba de larga duración y a conducirlo a plena carga para hacer una valoración más completa. En la primera prueba, condujimos alrededor de 120 kilómetros por un trayecto que combinaba ciudad, carretera secundaria y autovía y lo cierto es que el SWM se comportó bien en todo momento; es agradable, la suspensión trabaja bien y el motor cumple, aunque en algunos repechos en plena autovía fue necesario bajar de sexta a quinta marcha para mantener la velocidad de crucero. Por su parte, la dirección es confortable por su elevado nivel de asistencia y la caja de cambios funciona bien, pese a que los recorridos de la palanca de cambios son muy largos.
Entre las cosas a mejorar, podemos hablar del aislamiento del habitáculo, puesto que a velocidades elevadas se cuela más ruido del deseseado al interior, aunque lo más mejorable es el consumo. En la toma de contacto firmamos una media de 8,4 l/100 km, una cifra a todas luces elevadas, teniendo en cuenta la potencia y las prestaciones del coche (acelera de 0 a 100 km/h en 10 segundos y alcanza los 180 km/h). En este sentido, lo ideal sería optar por la versión de GLP, puesto que el coste por kilómetro se reduce drásticamente y la autonomía pasa de los 647 km del gasolina a 1.107 km, además de disfrutar de la etiqueta ECO de la DGT.
¿Y qué hay del precio? Pues bien, si el equipamiento es uno de los puntos fuertes del SWM G01 y de su variante F, el precio es el otro. Está a la venta desde 22.095 euros en la versión G01 Basic con cambio manual, pero, con las ofertas de la marca, esa tarifa se reduce hasta los 19.595 euros, es decir, menos de lo que cuesta un Opel Crossland básico con motor de gasolina 1.2T de 110 CV. La versión tope de gama, el SWM G01 F Premium ECO AT de GLP y automático con etiqueta ECO de la DGT cuesta 29.877 euros y con los descuentos del fabricante pasa a costar 27.377 euros. En todos los casos, el SWM G01 disfruta de cinco años de garantía o 100.000 km, amplíable hasta siete años con el mismo número de kilómetros. De momento, se puede comprar en 11 puntos de venta repartidos por toda España, pero SWM pretente tener 30 puntos de venta para finales de 2022.
