El primer GP de Arabia Saudí elevó de forma exponencial el octanaje del enfrentamiento entre Lewis Hamilton y Max Verstappen. Un trazado escalofriante se ofrecía como anfiteatro único para añadir más dramatismo al penúltimo acto del campeonato 2021.
Los dos aspirantes se juegan un título singular. Para el británico, supondría superar definitivamente a Michael Schumacher. Para el holandés, lograr el primero de su carrera. Con monoplazas de igualdad increíble y dos equipos brutalmente eficaces resultaba inevitable que los encontronazos de Silverstone y Monza se volvieran a repetir según avanzaba la temporada hacia sus últimos actos. Así ocurrió en Jeddah Corniche. A diferencia de aquellos accidentes, ambos pilotos llegaron a la meta de Jeddah. Pero fue Max Verstappen el derrotado. Por tercera vez consecutiva.
Todo empezó el sábado. O el viernes. Red Bull descubrió a su pesar el gran ritmo de carrera de Mercedes en los libres. En un trazado velocísimo y difícil para el adelantamiento, el equipo austríaco comprendió que necesitaba imperiosamente arrancar desde la primera posición. Una vuelta salvaje casi le otorgó tal ventaja al holandés, pero acabar contra el muro en la última curva y salir por detrás los dos Mercedes ya le había condenado.
Pero Verstappen encontró con un indulto inesperado en forma de bandera roja tras una discutible decisión de Mercedes de parar a sus dos monoplazas tan solo en la decimoquinta vuelta de carrera. El holandés se quedó inesperadamente en cabeza. A partir de ese instante, el GP de Arabia Saudí se convirtió en una pelea a la defensiva en la que Verstappen tiró de su genética obcecación para no ceder ni un milímetro. Quizás, en exceso.
Enfrentamiento al límite
Ambos rivales llevaron su enfrentamiento al límite, aunque uno con cabeza y frialdad y el otro, cerrilmente. En sus apuradas a final de recta superaba las líneas rojas para no dejar pasar a Hamilton al precio que fuere. Su gestión de la orden de dejar pasar al británico derivada de otra discutible maniobra anterior fue también carne de sanción.
Dos en total para Verstappen confirmaron que su irreductible oposición a ser adelantado bajo cualquier circunstancia es también exponente de cuando las virtudes se convierten en defectos. Con su innecesario adelantamiento al británico justo después de dejarle pasar (la orden pendiente de los comisarios tras el choque con su rival), Verstappen convirtió lo aguerrido en alocado. Los comisarios acabaron hartos y le endosaron la primera sanción. La segunda llegaría con la investigación posterior a la carrera, en la que aquellos confirmaron que Verstappen había frenado más de la cuenta al dejar pasar a su rival. En realidad, su actuación en el GP de Arabia Saudí era el fruto de la inferior competitividad de Red Bull frente a Mercedes.
«Lo que ha ocurrido hoy es increíble, solo intento competir», explicaba Verstappen al final de la carrera, sin considerar que había superado varias líneas rojas. «Este deporte es más sobre penalizaciones que sobre carreras. Para mí esto no es Fórmula 1″. «He sido tan duro como sensato», reivindicaba Hamilton al terminar. Max ha pasado los límites, he evitado colisiones en muchas ocasiones con él, pero no me importa ser el que lo haga, porque sobrevives otro día, que es lo que hice obviamente (en el gran premio). La madurez y experiencia mostrada por Hamilton en Jeddah podría representar su gran baza para el octavo título ante la agresividad de su rival. Empatados a puntos, quien termine delante será campeón en Abu Dabhi.
Sainz satisfecho a medias
Carlos Sainz y Ferrari se quedaron a medio camino del potencial latente del SF21 en el GP de Arabia Saudi. Con un gran ritmo todo el fin de semana hasta el Q2, el error del español comprometió un potencial gran resultado para el domingo, aunque remediado en parte en la carrera. Decimoquinto de parrilla, logró terminar nuevamente en los puntos por decimotercera vez consecutiva, y a falta solo de la última para convertirse en el único piloto que completa todas las del calendario.
«Satisfecho, sobre todo con las primeras vueltas», resumía al terminar. Hasta la primera bandera roja hemos hecho un relevo al ataque con unos neumáticos duros que se comportaban increíblemente bien, tenía muy buen ritmo. Luego, las dos banderas rojas nos han forzado a poner los medios a falta de 40 o 45 vueltas para el final. Cuando quedaban unas 35, he ido al ataque, me he puesto séptimo y en las últimas cinco vueltas el neumático ha dicho basta». Caía, precisamente, ante su compañero. «Salir decimoquinto y encontrarte a Charles a mitad de la carrera quería decir que lo estaba haciendo muy bien, pero luego ha sido una pena por los neumáticos. Hemos hecho una buena carrera, hay que estar satisfechos». Ferrari no remató el tercer puesto de Constructores que se disputa con McLaren, aunque queda a solo cinco puntos de rematarlo.
Por el contrario, Fernando Alonso vivió uno de sus peores fines de semana de la temporada. Ni siquiera quiso acudir a la rueda de prensa del equipo tras la carrera. Tras un prometedor viernes, su monoplaza cambió de comportamiento sábado y domingo. ¿Resultado? La peor clasificación del año. «Salimos bien y luego en la vuelta nueve salió el coche de seguridad. Algunos lo aprovecharon y nosotros no, nos volvió a salir cruz una vez más. Con la bandera roja después se acabó la carrera, fue un palo duro. Hay que hacer un reseteo y concentrarse en Abu Dabi.