Skoda quiere que su compromiso con el medio ambiente se extienda a todos sus procesos. Por eso, no solo tiene una estrategia en este sentido en sus plantas de producción, sino también a nivel de sistemas de propulsión (el eléctrico Enyaq iV es prueba de ello) y en los equipamientos de sus vehículos. En su apuesta por la sostenibilidad, el fabricante checo está probando en su modelo eléctrico fundas de asientos fabricadas con materiales como botellas PET recicladas y lana.
La marca, que también investiga con otro tipo de materiales para sus asientos como la pulpa de remolacha, trabaja con proveedores que producen textiles a partir de botellas plásticas desechadas, que se trituran y se funden para crear un granulado que después convierten en tejido. Estas telas serán después utilizadas para equipar modelos como el Enyaq iV con acabado interior Lodge.
Los proveedores de las fundas de asientos de Skoda no solo se limitan a la producción de tejidos con materiales reciclados como el PET, sino que también investigan fibras especiales que funcionan como calefactores de los asientos y aumentan el confort, hilos especiales reflectantes, etc.