Hace 80 años veía la luz el Jeep Willys, un modelo que surgió de un pliego de condiciones del Departamento de Guerra de Estados Unidos. Con tracción integral, ligero y capaz de transportar tropas sobre cualquier tipo de terreno, el resultado fue un novedoso vehículo multiusos de un cuarto de tonelada, el «General Purpose Vehicle», más conocido por sus iniciales MA y MB hasta 1945.
Pimer automóvil 4×4 producido en masa, se trataba de un vehículo descubierto de cinco plazas, sin puertas y con parabrisas abatible. Además, su motor de 2.197 cm3 con cuatro cilindros en línea desarrollaba 60 CV de potencia.
Las 650.000 unidades producidas durante la Segunda Guerra Mundial se suministraron tanto al Ejército de los Estados Unidos, a razón de 145 vehículos por regimiento de Infantería, como a sus aliados británicos y soviéticos, quienes además fabricaron una versión propia, el GAZ-46.
Uno de sus puntos fuertes era la polivalencia. Además de trasladar solados de un lado a otro, llegó a utilizarse como vehículo de mando, ambulancia, unidad de exploración o de asalto, soporte de lanzacohetes y morteros, camión de bomberos en los portaaviones, remolque de piezas de artillería, locomotora… Además, su capó plano permitía tanto extender mapas como celebrar una misa de campaña o una partida de póquer.
Un éxito increíble
Una vez finalizada la guerra, el Jeep se adaptó a la vida civil con el Jeep CJ-2 que se beneficiaba de un mayor espacio de carga trasero, remolque y techo de tela. Tan solo se comercializaba con asiento del conductor y retrovisor lateral de serie.
En total, se vendieron 1,5 millones de las diversas generaciones del «Jeep Civil» entre 1945 y 1986. Un año mas tarde llegó al mercado el Jeep Wrangler.
