Como es habitual en todas las marcas, cada modelo de los chicos de Porsche tiene un nombre oficial y un código interno. En ocasiones, ambos coinciden, pero no siempre es así. Para hacernos una idea de estas complicadas nomenclaturas, podremos a modo de ejemplo el Porsche 356 A 1500 GS Carrera: estaba basado en el Porsche 356 de la refinada serie A, tenía una cilindrada de 1.500 centímetros cúbicos y fue catalogado como un coche especialmente rápido mediante las siglas GS (Grand Sport) y el término español Carrera.
356, 911, 964, 993, GTS, Carrera, Spyder, Speedster… Todos estos códigos y abreviaturas forman parte de la historia de la marca. ¿Cómo se puede llamar a un coche 911 y 991 al mismo tiempo? ¿Es un Boxster o un 987? Estas son algunas cuestiones que la marca trata de explicarnos para comprender el método de numeración.
Tenemos que remontarnos a 1931
Cada pedido y cada proyecto de la oficina de diseño de ingeniería fundada por Ferdinand Porsche, Dr. Ing, hc F. Porsche GmbH, recibía un número consecutivo. Esta era la designación de tipo interna. Comenzó con el 7 (Tipo 7), que correspondía al diseño de una berlina para el fabricante de automóviles alemán Wanderer. Más tarde, el Tipo 22 se convirtió en el coche de carreras Auto Union de Gran Premio y, en 1938, nació Volkswagen bajo la denominación Tipo 60. Esta numeración iba creciendo con cada nuevo pedido, que podía corresponder al diseño de un componente (eje, caja de cambios, motor) o a un modelo nuevo de coche o de tractor.
Pero la gran novedad llegó el 8 de junio de 1948, cuando la numeración de los proyectos había llegado hasta 356: por primera vez se fabricaría un automóvil bajo la marca oficial de Porsche. Había nacido el Porsche 356.
¿901 o 911?
Esto cambió con el sucesor del 356. Pensando en una cooperación futura con la planta de Volkswagen, el nuevo Porsche tenía que ser compatible con las cifras utilizadas allí. Como los números 900 todavía no se habían asignado en Wolfsburgo, los chicos de Porsche eligieron el 901 para la versión de seis cilindros y el 902 para la de cuatro cilindros.
En ese momento surgió un problema: Peugeot declaró que habían estado usando números de tres dígitos con un cero en el medio desde 1929 y poseían los derechos legales de todas las secuencias numéricas similares en Francia. En ese momento nació una leyenda, bautizada con la denominación 911.
La gama siguió creciendo y el 914 supuso la llegada de un nuevo vehículo deportivo de motor central, más pequeño y ligero. En los siguientes años, modelos como el 924, el 928 y el 944 se unieron a la gama. Estos también adoptaron sus códigos internos como nombres oficiales, dentro de esa secuencia de números 900 que había iniciado el 911.
La flexibilidad se hizo cada vez más demandada a la hora de nombrar todos los modelos Porsche. Un ejemplo es el 911: en 1968 recibió la designación interna de «Serie A» por primera vez; en 1969 le siguió la «Serie B» y en 1970, la «Serie C». El siguiente salto llegó con la «Serie G», que se desveló en 1973. Por otra parte, algunas versiones concretas dentro de las series también recibieron su propio número, como el Porsche 911 Turbo (denominación interna 930) y el Porsche 911 SC RS (denominación interna 954).
A partir de esto, las generaciones 911 se han ido sucediendo así: el 1988 llegó el 964, al que siguieron el 993 (año 1993), el 996 (año 1997), el 997 (año 2004), el 991 (año 2011) y el actual 992 (2019). Entre medias, figuran otros que hacen referencia a distintos modelos, como el Porsche Carrera GT (conocido internamente como 980), el Porsche Boxster (siendo el 986 la primera generación, seguida de los 987, 981 y 982) y el Cayenne (con denominación 955 en su primera generación).
La tradición de los códigos de tres dígitos se mantiene todavía hoy, aunque con un cierto grado de libertad creativa.